Deseas encontrar una pareja, pero afirmas que el amor no
existe. ¿Te suena? Esta y otras contradicciones nos acompañan cada día, siendo
un obstáculo para alcanzar nuestros objetivos.
Nos gusta pensar que somos seres lógicos y razonables.
Sin embargo, lo que los estudios nos dicen es que somos más bien incoherentes.
Así, aunque esta imperfección -para muchos- forme parte de nuestra naturaleza,
autoconocernos y prestar atención a estas pequeñas discrepancias puede
ayudarnos a avanzar.
Posiblemente en algún momento hayas sentido que te
encontrabas atascado en algún aspecto de tu vida. Tal vez deseabas una mejora laboral, una vida social más enriquecedora o
cualquier tipo de cambio. Sin embargo, los esfuerzos invertidos para lograrlo
parecían no dar sus frutos y la frustración no hacía más que aumentar. Pues
bien, cuando esto sucede es probable que exista algún tipo de incoherencia
entre tus deseos y tus acciones.
Detecta la incoherencia entre tus deseos y tus acciones
Para detectar la incoherencia, primero identifica
qué es lo que deseas. ¿Cuáles son los objetivos que quieres alcanzar? ¿Qué
área de tu vida parece estancada? Las respuestas pueden ser diferentes.
Unas personas desearán una pareja o una mejora de su
relación actual. Otras anhelarán un mejor empleo, un mayor sueldo y una
posición económica más acomodada. Quizá a otro grupo le gustaría contar con un
círculo social más amplio.
Sea cual sea tu deseo, analiza, ¿qué piensas al
respecto? Intenta ser sincero y poner en palabras tus creencias
más arraigadas. Por ejemplo, ¿te suenan las siguientes situaciones?
Creencias sobre el amor
- Ves a una pareja mostrándose afecto en público y piensas: «qué
empalagosos», «qué poco respeto».
- Mantienes y expresas ideas disfuncionales como: «el amor no
existe», «todos los hombres son infieles», «a las mujeres solo les
interesa el físico y el dinero».
- Cuando una pareja de amigos o conocidos termina su relación sientes
cierta satisfacción y piensas «se veía venir». Les aportas consejos
del estilo: «estás mucho mejor solo, sin tener que dar explicaciones».
Creencias sobre el dinero
Consideras y afirmas que la
gente con dinero se cree superior, que son arrogantes y egoístas, que se aprovechan de
quienes tienen menos. Crees que muchas de las personas abundantes no merecen
todo lo que tienen. Sientes que el dinero hay que ganárselo, trabajar duro y
sufrir para tenerlo.
Creencias sobre las relaciones humanas
Tiendes a repetir que la mayoría de las personas son
superficiales y desconsideradas. Crees que tienen poco que aportar, que
son poco leales y que la amistad nunca perdura. Criticas las formas de
entretenimiento de quienes te rodean y te niegas a conocer gente nueva; o, si
lo haces, te muestras frío y cortante.
La incoherencia te impide avanzar
Ahora, piensa por un segundo, ¿crees que es posible
alcanzar tus objetivos si mantienes creencias tan negativas respecto a ellos?
¿Cómo sería posible establecer una relación de pareja si
piensas y hablas negativamente sobre el amor? ¿Cómo
alcanzar una mejor posición económica si al mismo tiempo piensas que las
personas ricas son despreciables? ¿De qué manera podrías ampliar tu círculo
social si estás convencido de que todo el mundo tiene malas intenciones?
Alinea tus actos con tus deseos para recuperar la
coherencia
Cada uno de tus pensamientos y
de tus palabras programan tu mente, y es esa programación
la que da forma a tu realidad. Si no logras avanzar en algún aspecto de tu vida
quizás sea porque tus actos no son coherentes con estos deseos, sino justo al
contrario.
Así, comienza a trabajar con tus cogniciones, programa tu
mente para recibir y alcanzar lo que deseas. Plasma por escrito esas ideas
disfuncionales (para tener una noción más clara de lo que ocurre en tu
interior); y, a continuación, sustitúyelas por pensamientos acordes a tu deseo.
Comienza a disfrutar de ver el amor en otros y a
alegrarte por ellos. Inspírate con
quienes obtuvieron la abundancia económica en lugar de criticarlos o
desmerecer sus logros. Acostúmbrate a observar las
cualidades y no los defectos en los demás.
Ningún individuo enamorado habla mal del amor. Ninguna
persona rica piensa negativamente sobre el dinero. Quien cuenta con una vida
social saludable y satisfactoria no tiene más que buenas palabras sobre
sus amistades. Así pues, si quieres lograr un cambio
comienza por pensar, sentir y actuar como lo harías si ya lo tuvieras.
Cuando tu mundo interno se encuentre ajustado con el
mundo externo que deseas experimentar, te será mucho más sencillo avanzar hacia
él.
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