HOLA MUNDO
Te
escribo porque finalmente he comprendido que no puedo hacer nada para
salvarte y voy a dedicarme a salvarme a mí. Me
ha costado mucho darme cuenta, lo sé, pero ahora lo tengo claro…
No puedo seguir desgastándome más mirando fuera porque lo que
realmente tiene que cambiar está dentro. He consumido tanta energía
buscando fantasmas y culpables que no me quedaban fuerzas para tomar
las riendas y vivir. Voy
a serte más útil si me centro en mí y cambio dándome de golpes
contra el muro y queriendo que cambies tú… Porque
eso no va a pasar. Mi única oportunidad de que cambies es
cambiar mis ojos sobre ti, mirarte con amor, comprenderte y abrazarte
en toda tu inmensidad… Lo más dulce y lo más amargo que hay en
ti, es lo más duro y lo más maravilloso…
No voy
a batallar más ni a reprocharte nada, porque lo único que consigo
es hacerme cada vez heridas más profundas. Me pierdo intentando que
no te pierdas y me hundo intentando sacarte del agujero profundo en
el que estás… De hecho, yo estoy en ese mismo agujero y te miro a
ti y te culpo por no salir a flote cuando ni yo misma soy capaz… Y
es porque miro a mi alrededor buscando respuestas cuando en realidad
están todas en mí.
He
mirado dentro de mí al fin y he visto que la solución a todos tus
problemas es que te deje en paz… Que me solucione yo, que me
dedique a mí, sin intentarlo, sea un ejemplo de lo que quiero ver en
ti, de lo que espero encontrar…
Por
favor, comprende, no me refiero a pasar de ti ni vender mi
conciencia, hablo de dejar de necesitar que todo en ti cambie y
empezar a cambiar yo, que falta me hace.
Me
he dado cuenta que la única forma que tengo de ver en ti la belleza
que a veces no encuentro es amarte. Que
la única manera de encontrar lo que deseo en ti es convertirme yo en
ello, ser lo que necesito encontrar.
Me he pasado la vida pidiéndote que no seas como eres, que las
personas que hay en ti dejen de hacer cosas que yo mismo he hecho y
que un día creí que nunca me podría perdonar, aunque no es cierto…
Ahora,
sin embargo, voy a dejarte en paz y no esperar nada de ti ni de
nadie. Voy a mirarte con ojos llenos de paz para ver tu paz… Voy a
mirarte con ganas de encontrar luz, para ver tu luz… Y cuando no
encuentre paz ni luz lo seré yo hasta donde sepa.
He
sido muy testaruda al pensar que podía darte lecciones de lo que
está bien o está mal. Te he juzgado tanto que me he salpicado con
mis críticas, he sido incapaz de ver lo bueno que hay en ti porque
estaba amargada sin ser capaz de ver en mí lo que en ti busco… He
querido que las personas cambiaran, menuda osadía, como si mi visión
de la vida fuera la correcta, la única posible, la que todos debían
seguir… Y ahora me doy cuenta que incluso lo que me parece más
terrible puede que en otro de los mundos que conviven con el mío
tenga algún sentido…
No voy
a mentir. Hay muchas cosas en ti que no me gustan, que me duelen, que
me arañan. Cosas que no comprendo y que afectan a seres humanos que
sufren por ello y a mí su dolor me causa dolor… No soporto a veces
las sacudidas que la vida nos trae y me cuesta aceptar que mucho de
lo hermoso perezca a favor de algunas barbaries a las que no
encuentro sentido… Me corroe que la vileza llegue a menudo a la
cima y la bondad se quede por el camino. A veces lo bárbaro suplanta
lo inocente y lo oscuro se traga lo puro y sincero, pero ¿quién soy
yo para decir qué está bien o está mal? ¿Con qué derecho
permitirme poner etiquetas a todo y levantar el pulgar ante lo que
según mis ojos merece la pena? Cuando te etiqueto, me etiqueto…
Cuando
te odio, me odio porque parte de lo que eres es lo que soy y
consiento, permito, dejo que pase, asiento cuando se muestra ante mí.
Lo injusto a veces pasa no sólo porque los injustos lo hacen, sino
porque los justos lo toleran y permiten. Cuando señalamos con el
dedo, nos quedamos prendidos en el juicio y nos convertimos en parte
de él. ¿Qué es injusto, en realidad? Hay tanto dolor que no
conocemos y tanta dicha por surcar… Hace mil años que ya no odio
nada ni a nadie porque nada destroza tanto por dentro como odiar…
Perdona
mundo… Perdona vida… He sido arisca y osada. He sido poco
generosa… Tenía tanto dolor acumulado en las entrañas que
necesitaba decirte que eres horrible porque yo me sentía así…
Veía en ti necedad porque yo era necia… Encontraba en ti
injusticia porque yo no podía soltar mi rabia y eso me hizo injusta
a veces, sobre todo conmigo misma. Y sigo viéndolo, pero ahora
comprendo que no sé nada y que por más que batalle con algunos
monstruos esos monstruos siempre van a devorarme… Porque me los he
inventado yo… Porque sin darme cuenta y saber cómo a veces el
monstruo soy yo y hay alguien luchando siempre contra mí y no soy
capaz de darle la vuelta a la historia…
A
veces no me gustas mundo, no me gusta nada, pero ya no voy a pelearme
contigo ni con tu gente, porque por más que tape un agujero, saldrá
otro y otro… Voy a hacer cuanto esté en mi mano para no acrecentar
tu dolor ni añadir una nueva injusticia a tu larga lista de momentos
terribles, pero no voy a juzgarte más… O al menos voy a
intentarlo… Quiero centrarme ahora en mí, en ser mi versión más
libre y pura, la más inocente y amable, mi yo más desnudo y
auténtico, mi ser más sublime… Voy a amarme porque así podré
amarte cómo eres, sin peros ni comas, y sólo así al verte podré
encontrar el amor y dejar de lado el odio…
Porque
cuando yo sea amor, tú serás amor. Porque
si me amo como merezco podré amarte como mereces y tal y como eres.
Porque si me acepto, aceptaré tus horrores más ocultos y podré
abrazarte cuando estés a punto de reventar y colapses de tanto asco
y llanto almacenados… Porque si me comprendo y estoy de mi parte,
cuando las personas que te habitan vengan a mí muertas de miedo y
rotas, podré besar su dolor y aceptar tus heridas sin reproche, sin
mirar con miedo y con lupa, sin pedirles explicaciones… Porque si
me perdono a mí por no haber sido como creí que debía, es
inevitable que te perdone por no haber sido como creía que
debías…
Voy a
amarte mundo, sin condiciones, a ti y a tus criaturas más salvajes.
Y lo haré a través de mí, siendo mi yo más honesto y amándome
mucho…
Voy
a amarte tanto como el amor que merezco…
Voy
a amarte con todo el amor que soy.
Y
cuando te mire, veré el amor que eres y a partir de ahí vamos a
construir algo nuevo y definitivamente hermoso.
Gracias
mundo.
Mercè Roura
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