No esperes a perder esos kilos de más para quererte,
amiga, porque eres maravillosa hoy, ahora… No necesitas perder peso para
gustar a nadie, necesitas perder el miedo a mirarte y ver como realmente eres…
Eres perfecta con tus fortalezas y debilidades. Y mientras te das cuenta de
ello, te mimas, te cuidas, comes saludable y vas a paso ligero. Haces lo que te
mereces de una vez por todas y te tratas bien. Dejas de mirarte a través de la
horma de otros que no saben ni qué vives ni qué deseas.
Y deja ya de torturarte de una vez por todas por no
entrar en ese pantalón y de culparte por no llenar según qué camiseta. No te
culpes porque te falte, porque no te falta nada, eres plena tal y como eres.
Eres increíble ¿No te das cuenta? ¿Necesitas que otra persona te lo diga?
Ya lo sé, es agradable que te reconozcan el trabajo y te miren bonito, que
admiren tu belleza y que te digan lo profesional que eres… Aunque, seamos
sinceras, amiga, no dependes ya de las palabras de otros porque te reconoces a
ti misma.
Tú ya has pasado por mil montañas rusas y te has caído
mil veces y aquí estás, de pie, dispuesta, con ganas y sin ellas, porque estás
cansada a veces, pero no importa… No eres tu cansancio, eres tu fortaleza. No
eres tu miedo, eres tu valentía… No eres tu corazón roto, eres tu capacidad de
amar. Eres mil cosas dormidas en ti que todavía no has descubierto porque
no te permites verlas, porque te asusta que no gusten o no satisfagan a otros.
Eres ese poder que está en ti latente, esperando a que descanses lo suficiente
de tus miedos para despertar y mostrar al mundo que puede ser puro
brillo.
Dedícate un tiempo para poder darte cuenta de que no te
falta nada. Que no tienes que forzarte ni medirte, que lo que realmente eres es
inconmensurable.
No esperes a amarte cuando él te mire, mírate tú y date
el único like que realmente necesitas para seguir adelante, el tuyo, el que lo
cambia todo, el que marca la diferencia. Sólo necesitas verte como realmente
eres. Ver que cada una de tus pecas está colocada en tu piel como las estrellas
lo están en el cielo, y que cada una de tus cicatrices es extraordinaria porque
contiene una historia que habla de un miedo superado. Que tu lado malo en las
fotos es el que te trae más risa y más dulzura, que lo que esconderías de ti es
lo que más te acerca a otras personas y te hace realmente entrañable. Que
cuando sueltas ese temor a ser vulnerable y a sentirte indefensa, te conviertes
en una persona extraordinariamente fuerte.
Escucha tus lágrimas, tus recuerdos… Escucha tu cuerpo y
tus ganas de parar y recalcular. Escucha tus necesidades y tus deseos. Escucha
tu silencio cargado de mensajes para ti.
Dedícate un tiempo para darte cuenta de que mereces todo
el amor.
No, amiga, no necesitas saberlo todo ni tener mil
medallas, no eres tus títulos, eres tus ganas de aprender y salir adelante.
Todas y cada una de las veces que te has dado cuenta que ya eres grande y no
necesitas demostrarlo ni aparentarlo. No busques la aprobación de los demás
para hacer lo que sientes y sueñas, apruébate tú.
No esperes a que el suelo no se tambalee para sentirte
segura. Sujétate en ti y en nada más. No importa que camines por la cuerda floja
porque tú eres firme… No necesitas los mejores zapatos, sólo marcar tu paso y
permitirte saltar, bailar y caminar en paz.
No esperes a ocupar un mejor puesto o a cobrar más para
valorarte porque ya mereces lo que deseas. Porque tu valor no tiene precio y tu
talento no se mide, ni se etiqueta. Sencillamente se nota, se expande, se
contagia.
No esperes a aceptarte y amarte como mereces mañana. No
esperes a no cometer errores, ni a superar tus retos ni batir tus marcas. No
esperes a nada ni a nadie que te siga que sí y te abra ninguna puerta. Eres tú
quién las abre cuando te observas sin reproches y dejas de culparte.
Dedícate un tiempo para darte cuenta que tienes que
tratarte mejor a ti misma.
Sé tu cielo. Sé tu suelo firme y sé la fuerza en la te que
agarras para caminar este día de hoy. Sé la suerte que buscas. Sé la respuesta
que a veces pareces no encontrar en el mundo. Sé la alegría que a veces parece
que te falta y que está escondida en esa angustia que sientes cuando no te ves
ni te cuidas… Sé la fuerza y el impulso que estás esperando conseguir en
cada esquina y que en realidad está en ti a su vez esperando a que te des
cuenta.
Sé también tu miedo, tu desánimo, tu cansancio, tu rabia…
Sé tu lluvia y tu sol. Tu frustración inmensa cuando es que no y tu inocencia
por seguir intentándolo. Sé tu tristeza, tu soledad, tu dolor de cabeza, tu
tarde interminable deseando regresar a casa y esconderte del mundo. Sé tus
ganas de no ver nadie y tus ganas de encontrar a alguien que te quiera ver. Sé
tus debilidades maravillosas y tus deliciosas fortalezas. Sé todo lo que
eres sin avergonzarte porque mirarlo de frente es lo que te va a ayudar a
cambiar. No pasa nada. Son perfectos para conocerte y comprender de una vez por
todas que absolutamente todo eres tú y es maravilloso. Que todo lo que te
apremia a huir de ti es en realidad lo que te va a llevar a quererte sin medida
y de forma incondicional.
Dedícate un tiempo para darte cuenta que sólo necesitas
cambiar la forma en que te ves.
No esperes a dejar de estar triste, enfadada, ocupada o
cansada para amarte porque esa tristeza, ese enfado, eses tiempo que pareces no
tener y ese cansancio son la muestra más evidente de que lo que necesitas es tu
amor. Ahora mismo.
No esperes a sentir que eres mejor para amarte como
mereces porque ese día nunca llegará y estás desperdiciando los días sin conocer
la maravillosa persona que eres… Vives una vida sin ti esperando a ser otra
para amarte cuando precisamente no amar lo que ahora eres es lo que te impide
transformarte.
No esperes a alcanzar ninguna meta para reconocer tu
valor porque la única meta a la que necesitas realmente llegar es a ti
misma.
Dedícate un tiempo a ti.
Mercè
Roura
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