Lo que está sucediendo aquí y ahora no se repetirá nunca
más. La filosofía japonesa contenida en el término «ichigo ichie» nos invita a
replantearnos muchas de las cosas que hacemos a diario, con el fin de que
podamos llevar una existencia más plena.
Ichigo Ichie se traduce como “lo que está
ocurriendo ahora nunca más va a repetirse”.
¿Lo sueles pensar a
menudo? Es tal la fugacidad del tiempo que muchas veces, no somos conscientes
de ello. La vida se nos escapa como la arena de la playa que se lleva el viento
o que cae de nuestras manos. Todo son prisas, presiones y nos hemos vuelto algo
ciegos a la hora de apreciar el instante.
Las personas somos complicadas, es cierto. Quizá, por
ello, nos llama tanto la atención la cultura y la filosofía japonesa, tan
orientada a simplificar las cosas, a dotarlas de un orden y de una sencillez
elemental con la que lograr armonizar la existencia. Nunca está de más por
tanto aprender nuevos conceptos arraigados en su legado tradicional.
Así, no hace mucho nos familiarizábamos con el ikigai,
el cual nos invitaba a tener un propósito vital, un plan de ruta o una razón de
ser. Ahora, se introduce desde el lejano oriente un concepto que se nutre directamente de las
ceremonias del té. Para ello, debemos visualizar una clásica
construcción de madera en medio del bosque y a nosotros mismos siendo
partícipes de este ritual.
Calma, serenidad, atención focalizada en el momento
presente, los sentidos orientados a captar cada sensación, cada sabor y cada
emoción. Lo experimentado en esas
ceremonias debería extrapolarse a cualquier momento de la vida. Profundicemos
un poco más.
Ichigo Ichie: aprecia la
oportunidad presente
En gran parte de los salones de té tradicionales
de Japón suele apreciarse una tabla con un mensaje muy concreto: Ichigo-Ichie. Quienes
lo leen ya saben que tiene varios significados: «lo que está ocurriendo
ahora nunca más va a repetirse» o «una
vez, una oportunidad». Cabe señalar eso sí, que este término no
tiene nada que ver con nuestro clásico carpe diem.
En el ichigo-ichie no
se busca aprovechar el presente como si no hubiera mañana. Lo que propone es
una visión más serena y centrada, esa donde no buscar el disfrute en exclusiva,
el deleite o el placer. Tiene que ver con despertar nuestra capacidad
de atención, todos nuestros sentidos y captar lo que está ocurriendo. Una
vez sentimos ese instante, hay que valorarlo y entender que esa impronta de
tiempo, ese instante no se va repetir.
Descubramos los principios que rigen esta filosofía.
Los momentos especiales se crean
A menudo, nos decimos a nosotros mismos que los momentos
especiales vienen y van, que es la casualidad quien los teje. Es un error.
Debemos tener en cuenta que vivimos en un presente apresurado, lleno de
tensiones, preocupaciones y
tareas pendientes. Los instantes especiales no surgen si no los
promovemos.
En Japón, el ritual del té es algo más que ese rato en el
que la familia o
los amigos se reúnen para tomar esa bebida milenaria. Es una ceremonia que se
programa y en la que uno acude mentalizado de su trascendencia. Es un momento
para reunirse con las personas amadas, es un fragmento de vida que hay que
apreciar como se merece.
Saludar y despedir diciendo Ichigo Ichie
Con el fin de ser conscientes de que cada instante con
los nuestros sucede una vez en la vida, los japoneses suelen usar la expresión ichigo ichie para
saludarse y despedirse. Un hola y un adiós transmutados en este hermoso
concepto dota de mayor trascendencia esa naturaleza única e irrepetible que
estamos viviendo.
Todas las posibilidades residen en el presente
El ayer ya no existe, el mañana no es perceptible ni sano
anticiparlo en nuestra mente. Lo que de verdad importa es lo que
sentimos aquí y ahora, es en el
presente donde se abren todas las posibilidades. No obstante, el ichigo
ichie nos recuerda que solo las veremos si todos nuestros sentidos
están conectados a lo que está sucediendo.
En el ritual del té en el
bosque, los invitados se esfuerzan por situar toda su atención en cada
sensación, en cada detalle que les envuelve: el sonido del
viento, el crepitar de los árboles, el olor de la madera de esa casa del té, la
calidez de los vasos aún calientes al sostenerlos en las manos, la sonrisa de
los acompañantes… Cada detalle importa.
Si no te gusta lo que te rodea, cámbialo
Este concepto de la sabiduría nipona nos recuerda
que «lo que está ocurriendo ahora nunca más va a repetirse». Ahora
bien… ¿qué pasa si lo que me rodea no me hace feliz? El ichigo ichie nos lo dice claro: hay que
disfrutar el instante, por tanto, si lo que tienes no te gusta debes cambiarlo.
Todos somos agentes activos de nuestro destino y es
precisamente en el aquí y ahora donde se abren todas las oportunidades. Mira
lo que te rodea, genera cambios, busca otros caminos y entonces deléitate con
lo que has logrado.
Busca las conexiones
La mente acelerada no ve las coincidencias y no conecta
con su entorno. La mente atenta, la que se nutre del ichigo
ichie, es capaz de detectar esos aspectos que sintonizan con la propia personalidad, con las propias pasiones, deseos,
emociones, pensamientos… A veces, viajando en el autobús puedes deleitarte de
aspectos de tu ciudad que te resultan inspiradores.
En ocasiones, en medio de una avenida llena de gente, das
con alguien que por la razón que sea te atrae y te llama la atención. El
momento presente es único, es una fotografía temporal que nunca más volverá a
repetirse. Hay que entrenar nuestro enfoque para deleitarnos de esos
momentos, para saber que hay cosas que solo tienen una oportunidad.
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