Lugares donde las personas viven más tiempo y son más felices
En
los últimos años se han identificado cinco
lugares en el mundo donde las personas viven más tiempo de la media
y además parecen hacerlo de manera más feliz.
Se han llamado zonas azules. El análisis hecho sobre los motivos por
los que en estos lugares la longevidad es mayor arroja datos, que
además de fascinantes, nos dan muchas claves para aplicar a la vida
diaria y conseguir así una mejor calidad de vida.
Hay
ciertas rutinas y modos de vida que los habitantes de estos lugares
comparten a pesar de estar distanciados por miles de kilómetros. Un
dato que nos hace pensar que es
su forma de vivir y estar en el mundo la que influye en
la felicidad y
salud de las personas y no la situación geográfica.
Vamos a ver cuáles son los factores que comparten estas
comunidades.
El
investigador estadounidense y miembro de National Geografic, Dan
Buettner, realizó una exhaustiva investigación, en base a un
estudio demográfico, que presentaba la región de Barbaglia, en la
Cerdeña italiana, como el lugar con mayor longevidad de habitantes.
Reunió un equipo
de investigación que
incluía médicos, nutricionistas, epidemiólogos, antropólogos y
demógrafos. En su búsqueda, Buettner
y su equipo encontraron cuatro lugares más con las mismas
características y
que, además, no coincidían solo en datos estadísticos, sino que
lo hacían también en modos de vida.
De
esta manera, el mapa de zonas azules se compone de Barbaglia, que
posee la mayor concentración de personas centenarias del mundo. Le
sigue la península de Nicoya, el segundo lugar con más centenarios
a nivel mundial. En Japón, la isla de Okinawa concentra a la
población más anciana de mujeres de nuestro planeta. Otra
isla, Icaria, situada en el mar Egeo, tiene la población longeva
con los niveles más bajos de demencia senil.
Por último, encontraron Loma Linda, en la costa oeste de los
Estados Unidos. Una comunidad cuya esperanza de vida supera en 10
años la media en ese país.
¿Qué
tienen estas zonas en común?
A
pesar de pertenecer a ubicaciones geográficas, climas y culturas
completamente diferentes, los habitantes de las zonas azules
comparten datos demográficos sorprendentes. Este dato descartaba
que estas coincidencias fueran dadas por el clima o por un tipo
de cultura determinada.
Parece
que las claves encontradas en estas comunidades están basadas en,
al menos, cinco factores
que son los que parecen propiciar la espectacular longevidad y
calidad de vida de sus habitantes.
Estos factores están relacionados con la dieta, el ejercicio y el
propósito en la vida. También con los recursos de afrontamiento
del estrés y las relaciones sociales.
La
dieta y el ejercicio
En
estas zonas azules, sus habitantes consumen muchos más
productos de origen vegetal y pescado que carnes rojas.
En algunas de ellas se consume también, regularmente, aceite de
oliva y vino tinto. Además, acostumbran a comer despacio y a no
llenar el estómago por completo.
Esto, en
Okinawa, se conoce como hara
hachi bu, el
secreto que alarga la vida: comer menos significa vivir más. Estudios
realizados sobre esta práctica han demostrado que reduce las
enfermedades coronarias y los diagnósticos de cáncer. El hara
hachi bu,
es una práctica con origen en el pensador Confucio que aconsejaba un
régimen calórico autoimpuesto: comer hasta estar lleno solo al 80%.
Otro
hábito que las personas que habitan las zonas azules tienen en común
es que no
conciben el sedentarismo.
No se ejercitan en centros deportivos, pero sus rutinas incluyen
largas caminatas y recorridos en bicicleta. También trabajan en el
campo o en las huertas, introduciendo actividad de manera natural en
sus vidas.
El
propósito de vida
Uno
de los factores fundamentales que parecen compartir estas personas es
que tienen
un motivo para levantarse cada mañana felices porque tienen algo que
hacer.
También en Okinawa tienen un nombre para esto: el Ikigai,
o tener un propósito en la vida y no perderlo con la edad. Este
concepto no está ligado en absoluto a propósitos laborales o
económico, sino con las ganas de hacer algo que te haga realmente
feliz.
Afrontamiento
del estrés y relaciones sociales
Otro
aspecto que parece realmente influyente en la calidad y duración de
la vida es sentirse útil y desarrollar vínculos sociales que no se
limiten exclusivamente a la familia. Estas personas cuidan
de sus amigos y evitan mantener relaciones nocivas.
Participan de forma activa en círculos sociales y por el bien de la
comunidad. En definitiva, comparten tiempo de calidad con otras
personas.
Se
han realizado investigaciones centradas en las personas que viven en
las zonas azules y sus recursos de afrontamiento del estrés.
Prácticamente no lo padecen. Estas comunidades cuidan
especialmente aspectos como el descanso y la calidad de sus horas de
sueño.
Muchos de ellos practican meditación o técnicas de relajación muy
antiguas y tienen profundas creencias espirituales.
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