LA PASIÓN ES LA ENERGÍA QUE DA ALAS A TUS SUEÑOS
La monotonía y
la rutina a veces cortan “la salsa de la vida” y nos llevan, sin
querer, a apagar la chispa que nos da alegría en el transcurrir de
los días. En cambio, cuando hacemos actividades con pasión
éstas se convierten en destellos que se encienden para que
nuestra existencia tenga entusiasmo y sentido. Por ejemplo,
¿sabes que si pones pasión en todo lo que haces el tiempo pasa
mucho más rápido?
La
pasión es un sentimiento que se distingue por ser muy intenso y
profundo. Puede invadir todo el cuerpo, paralizando nuestros
pensamientos. Nos
produce satisfacción y gozo hacia aquella actividad que estamos
realizando. No
entiende de tiempos, ni obligaciones, sino que surge sin forzar la
actividad que estemos realizando. Es como si nos invadieran, al
principio por sorpresa, sentimientos de felicidad y
satisfacción indescriptibles.
“Sea lo que sea, necesitamos una especie de estrella a la que vincular nuestro rumbo, porque la fuente de la pasión es la motivación y curiosidad”.
–Robin Sharma–
Por
ejemplo, imagina
a ese chico, que cuando juega a fútbol, lo vive con tanta
intensidad que se olvida de todo lo demás. O
a esa mujer que cuando se pone sobre una pista de baile, le cambia
la cara y empieza a disfrutar enormemente. Tener pasión por
algo, quiere decir, abrazar a tu propio movimiento y su sentido,
guardando el deseo íntimo de repetir aquello que te
produce esa alegría y
felicidad que nace de tu interior.
Cultivar la motivación para conectar con tu pasión
La motivación es
un componente psicológico que nos permite orientar, mantener
y llevar a cabo nuestras conductas. Para que la pasión
aparezca, primero vamos a ver qué aspectos de nosotros mismos
nos motivan y nos impulsan hacia adelante. La
motivación va a ser un factor clave para poder conectar con nuestra
pasión.
La
pasión es el ingrediente que despierta nuestra perseverancia y
motivación. Nos invita, como si de un combustible se tratase,
a mantener vivos nuestras metas y sueños, y a no tirar la
toalla a la primera de cambio. Sin
pasión y sin deseo no hay energía para hacer aquello que nos
gusta, ni
tampoco podemos impulsarnos para pasar a la acción. Su
ausencia nos hace esclavos de nostalgia.
“Yo trato de no tomar ninguna decisión de la que no me sienta entusiasmado” .
-Jake Nickell-
De
forma clásica, podemos hablar de dos tipos de motivación: la
extrínseca y la intrínseca.
La motivación extrínseca se da cuando realizamos una
actividad, no para nuestra propia satisfacción directa, sino para
conseguir un resultado que nos beneficie. En este caso, rara
vez hay pasión real en lo que hacemos. Por ejemplo hablaríamos de
todas aquellas tareas asociadas a nuestro puesto de trabajo y que no
nos gustan: las hacemos porque a cambio nos pagan dinero.
La
motivación intrínseca en cambio, aparece cuando hacemos una
actividad simplemente por la propia satisfacción de realizarla, sin
esperar más a cambio que lo que la propia actividad nos
proporciona. Además, la
posibilidad de elección suele ser una de las claves que abre la
puerta de la motivación intrínseca: esta libertad actúa como
alimento del entusiasmo. Es
entonces cuando podemos coger impulso y sentirnos dueños de nuestra
voluntad para explorar aquello que nos produce mayor disfrute y
felicidad.
La pasión aparece si conectas con tu niño interior
Conectar
con nuestras pasiones no siempre es fácil, porque a medida que nos
vamos haciendo adultos también vamos cargando creencias
que nos limitan y
nos desconectan de nuestra esencia más natural y espontánea. En
ocasiones, nos
olvidamos de nuestros sueños y anhelos y nos instalamos en una vida
rígida, dejándonos arrastrar por las obligaciones
diarias.
Algo
que nos puede ayudar a sentir entusiasmo es traer al presente a
nuestro niño
interior, que
vive dentro de cada uno de nosotros y del que somos responsables.
¿Recuerdas cómo era? ¿Qué cosas disfrutaba y le entusiasmaban?
Por ejemplo, quizás te gustaba jugar en la playa y hacías
castillos de arena o te encantaba hacer puzzles e inventarte
historias.
“Debemos escuchar al niño que fuimos un día y que existe dentro de nosotros.
Ese niño entiende de instantes mágicos”.
-Paulo Coelho-
Añade
curiosidad y entrega por lo que haces, como si fuera la primera vez
que te empleas a fondo, en eso que te agrada y te hace disfrutar.
Sólo así vas a combatir la pereza y el hastío que produce una
agenda cargada de obligaciones. El
niño interior que hay en ti estará encantado de explorar nuevas
aficiones y proyectos que
tengas en mente. Si le dejas, te llevará a explorar nuevos mundos
capaces de producir ese cosquilleo que solo causa la emoción.
Aprende y nutre tu pasión cada día
La
pasión se puede alimentar y aprender si rescatamos la atención de
nuestros deberes y obligaciones. Así, si todavía no has
encontrado algo que te apasione, puedes
seguir a tu curiosidad hasta que vayas localizando diferentes
actividades que te produzcan esa emoción de la que
hablábamos antes.
En
este re-descubrimiento, vas a tener que bucear en tu interior y
cuidar tus necesidades más profundas. La pasión da alas a tus
deseos y anhelos. No importa el tiempo que necesites, aún estás a
tiempo de encontrar esas fuentes de emociones positivas que con el
tiempo se han ido hundiendo en la paja del granero de tu
libertad. Empieza
a dar importancia a tus sueños, porque ellos son el timón que
puede gobernar y dar sentido a tu vida a partir de ahora.
Llegué, sin saber cómo.
Después llore durante un rato y más tarde viví…
sin olvidarme de llorar y aprendiendo a reír.
Porque reír es realmente divertido.
Los momentos más apasionantes no los marca un reloj
https://lamenteesmaravillosa.com/la-pasion-la-energia-da-alas-tus-suenos/
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