El Wu
wei es un
concepto del taoísmo que
se traduce en ‘no acción’.
Se trata de un principio en el que se señala que la mejor manera de
enfrentar una situación, especialmente si es conflictiva, es no
actuar. Y más que no actuar, no forzar ninguna solución, sino dejar
que fluya.
A
la mayoría de nosotros nos resulta extraño que
haya una filosofía invitándonos a la no acción.
Vivimos en una sociedad que constantemente nos induce a todo lo
contrario. De hecho, vivimos saturados de actividades, sensaciones y
pensamientos. Y cuando estamos haciendo nada, nos sentimos extraños.
Llegamos a pensar que esto es sencillamente una pérdida de tiempo.
“Del vacío del sabio surge la quietud. De la quietud, la acción. De la acción, el logro”.
-Chuang Tzu-
El Tao
Te Ching fue
escrito hace 25 siglos por el filósofo Lao Tse. Este
filósofo pensaba que la mejor manera de vivir era sincronizándose
con el fluir de la naturaleza y
el cosmos.
Esta es la principal inspiración del Wu
wei:
dejar que las cosas tomen su curso natural y adaptarnos a él.
El Wu
wei propone
una vida sencilla porque
es la que más se traduce en paz y armonía.
Esa sencillez implica no apegarnos demasiado a las ambiciones y
deseos, ya que son las principales fuentes de intranquilidad y
sufrimiento, más que de realización.
La
sencillez también ayuda a que vivamos de una forma más
serena. Cuando
estamos enfocados a tener grandes logros y
satisfacciones, esto resulta imposible.
De lo que se trata entonces es de valorar lo que somos y lo que
tenemos, en lugar de lamentarnos por lo que no somos o no poseemos.
De la
misma manera, el Wu
wei plantea
que la sencillez nos ayuda a aceptar las cosas tal y como son, a no
resistirnos al curso de los acontecimientos y
a no pretender tomar el control sobre ellos. Valores y actitudes que
entran en contradicción con la mentalidad occidental, pero que
permiten cultivar un mayor equilibrio emocional.
El Wu
wei también
nos llama la atención sobre el hecho de que la principal fuente de
problemas son los excesos.
Contrario a lo que muchos piensan, no son las carencias, sino los
excesos los que nos llevan a sentir mayor malestar. De ahí que los
elementos prácticos que nos propone el Wu
wei se
concentren en cuatro puntos principalmente:
-
Aceptar el hecho de que los problemas son una creación de nosotros mismos. Los problemas no surgen de la nada, son creados por nuestras acciones y por nuestra mente.
- No hacer esfuerzos mentales por resolver los problemas. No representarlos en la mente, ni crear soluciones para ellos. La idea es dejar que se diluyan solos y no alimentarlos
- Aprender a apreciar el flujo natural de las cosas. Esto es, adoptar una actitud de observación frente a los acontecimientos, sin pensar que debemos intervenir en ellos.
- Dejar que la mente fluya. No intentar dar una dirección o un enfoque específico.
- Simplemente permitir que siga su propio curso, especialmente cuando estamos en calma.
Uno
de los ejes del Wu
wei es
el de aprender a esperar y mirar. Se parte de la idea que la energía
se debe conservar para
aquellos momentos en los que sea inapelable la acción. Quien
observa y aguarda el momento propicio sabrá actuar con gran
sabiduría. También con enorme vitalidad, ya que no ha
desperdiciado esta en acciones intrascendentes.
Se parte
también de la idea que quien
sabe mirar y esperar resolverá cualquier situación con gran
facilidad. Apenas le implicará esfuerzo.
Esto no significa negligencia o pasividad, sino más bien
sincronización con el flujo natural de la realidad. Hay que
recalcar que nada permanece inmutable, sino todo lo contrario. Lo
que existe está cambiando constantemente, con o sin acciones
individuales.
De
lo que se trata entonces es de no resistirnos a ese transcurrir de
la realidad. Buena
parte de nuestras acciones están destinadas a hacernos
resistir. Esto
genera una fuerza negativa que llega a ser contraproducente. En
lugar de ayudar a que nos autopreservemos, nos incita a dañarnos a
nosotros mismos en esa lucha. Lo que se busca es permitir que todo
ocurra de forma natural, sin oponernos a ello.
Edith
Sánchez
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