EL FRACASO ES UN MORATÓN, NO UN TATUAJE
Grandes
pensadores, filántropos y triunfadores le han dado la vuelta al
sentido de fracasar, y nos muestran como en sus vidas el fracaso fue
solo un moratón, no un tatuaje. Bill Gates, por ejemplo,
nos revela que está
bien celebrar el éxito,
pero que si hay algo que puede convertirse en fuente de sabiduría es
el silencio.
El
énfasis del fracaso como debilidad, mal hacer o culpabilidad es un
constructo creado por la ansiedad de
obtener unos resultados; resultados
que, paradójicamente, muchas veces no son posibles sin esos
fracasos previos. Como, al parecer, los errores son tan molestos a
ojos de esta perfeccionista e irrealista sociedad, siguiendo el eco
de su mensaje tratamos de eliminamos de nuestros escaparates a base
de mentiras, que por repetición, llegamos finalmente a
interiorizar.
“No
he fallado. He encontrado 10.000 maneras que no funcionan. Para cada
fracaso, hay un curso de acción alternativo. Sólo tienes que
encontrarlo”.
“
Fracasar: el condimento que da al éxito su sabor
¿Por
qué nunca vemos los fallos que tuvo el que ahora está en la cima?
Parece ser que el brillo de lo que se consigue sin esfuerzo se ha
metido tan dentro de nosotros que nos
hemos creído merecedores de toda victoria sin tan siquiera
haberlo intentado antes.
El
resultado es importante, pero en muchas ocasiones poco importa si no
estamos contentos con todo el esfuerzo realizado. Un
fracaso no es siempre un error, puede
ser simplemente el reflejo de la mejor versión de uno mismo en
determinadas circunstancias. La satisfacción debe radicar en
el esfuerzo, no en el logro. Un esfuerzo total es una victoria
completa.
Una
parte importante de la formula algebraica que le da condimento al
éxito tiene que ver con la diferencia de peso
entre nuestro deseo y nuestro
miedo a fracasar. Dicho
esto, la mayoría de las grandes personas han alcanzado su mayor
éxito solo un paso más allá de su mayor fracaso. Tan paradójico
como real.
“Un
aspecto esencial de la creatividad es no tener miedo a fracasar.
El
éxito se logra a menudo por aquellos que no saben que el fracaso es
inevitable”.
Fracasar solo es una oportunidad para comenzar de nuevo de forma más inteligente
Tenemos
cuarenta millones de razones para el fracaso, pero ni una sola
excusa. Solo
porque hayamos fracasado una vez no significa que vayamos a fracasar
en todo. Los
fracasos son oportunidades para empezar de nuevo, con más recursos,
de manera más inteligente, con un mayor conocimiento.
Como
llegamos al conocimiento es a través de la experiencia diaria que
nos dan los caminos ya transitados. Los mejores cuadros, los mejores
versos, las mejores canciones y nuestros mayores logros no
florecieron en un día, necesitaron de años de constancia para ver
la luz, de realizar intentos que no terminaron en
nada. La experiencia es
la que enseña lentamente y lo que te llevas cuando pagas el
precio por equivocarte.
Los
intentos de alguien que se ha equivocado muchas veces son los que
harán que el fracaso deje de ser un tatuaje para convertirse en un
moratón. En este sentido, es complicado que ningún éxito llegue
si no hemos hecho un trabajo, un relato en el que los fracasos sean
fuente de inspiración y no de lamento. Así,
de alguna manera, las personas que evitan el fracaso también evitan
el éxito, quedándose paralizadas y siendo testigos de cómo su
vida pasa delante de ellos,
sin que se decidan a subir por el miedo a volver a fallar.
“El
éxito es tropezar de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”.
Fátima
Servián
https://lamenteesmaravillosa.com/fracaso-moraton-no-tatuaje/
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