Nos
preocupa tanto demostrar, que ya no somos, parecemos.
Nos exponemos de
forma tan calculada al mundo que perdemos la magia y la esencia…
Estamos
pendientes de si los demás nos cuestionan o de si nos dejan en ridículo que nos
concentramos poco en nosotros… Y luego culpamos al mundo por no llegar, cuando
en realidad es responsabilidad nuestra por buscar fuera lo que está dentro. Por
esperar que nos aprueben y nos acepten cuando antes ni siquiera nos hemos
aceptado y aprobado nosotros.
Mientras te
preocupas por aparentar no eres tú y eso te hace perder combustible, perder
comba, delegar tu éxito en otros y dejar en manos de la suerte lo que en
realidad es fruto de un trabajo… Nos bloqueamos a nosotros mismos porque
estamos esperando a ser una versión más aceptable para darnos a conocer, cuando
en realidad ya somos nuestra mejor versión esperando ocupar su lugar…
Mientras no eres
tú mismo, perdido en parecer e ir dando zascas a los que te inoportunan,
pierdes un tiempo valioso para crecer y aprender.
En realidad todo
depende de ti y de tu confianza… Sin embargo, nos desalienta tanto no
parecernos al molde que otros en su afán de ser mediocres han creado que nos
rebajamos para encajar en él.