MI
LISTA DE MIEDOS
Esta
vez lo voy a hacer de otro modo… Ya basta de listas de retos y
deseos… Vamos a ser sinceros, lo que realmente te cambia la vida es
hurgar en ti y encontrar aquello que te callas, aquello que te asusta
y que escondes del mundo porque te avergüenza, lo que sigue
arañándote y llevas prendido en ti esperando a que busques una
solución… Este año mi lista de propósitos será una lista de
miedos, de temas pendientes de afrontar, de las verdaderas heridas
que tengo por cicatrizar… Una lista de todas las cosas de las que
hace tiempo que huyo y me resisto a mirar a los ojos.
¿Qué
sentido tiene adelgazar siete kilos si dentro de ti sigues
sintiéndote indigno de amor? ¿Para qué hacer una carrera y
entrenarnos para ganarla si lo hacemos para demostrar que merecemos
medallas y no para superarnos y disfrutar cada momento? ¿Qué gracia
tiene ir al gimnasio si lo haces porque crees que debes y no te hace
feliz? ¿No sería mejor ir sin expectativas e intentar disfrutar de
la experiencia? ¿No nos estamos engañando con nuestra lista de
deseos cada año? Lo digo porque esos deseos están genial y os animo
a llevarlos a cabo pero no se mantendrán en el tiempo si no somos
capaces de curar la herida que hay detrás de ellos… Si no vamos
más allá y comprendemos qué miedo están ocultando… ¿Y si
buscamos la esencia de lo que nos paraliza e impide avanzar? ¿Y si
nos hablamos claro a nosotros mismos?
Voy
en serio conmigo, me comprometo con mi felicidad y mi paz
interior…
Es
cierto, cuando cambias tu exterior o tu entorno eso supone una
motivación, un empujón para tu autoestima, un primer paso… Eso es
maravilloso, el caso es que no se puede quedar ahí, al menos, no
podemos fingir que el problema está solucionado porque no es cierto…
Si marchándote no afrontas por qué te vas, estás huyendo… Si
quedándote no aceptas lo que hay y no cambias tu forma de vivirlo,
estás resignándote… Podemos dejar una adicción, eso es necesario
sin duda, pero tenemos que comprender qué nos lleva a ella y qué
vacío está tapando, de lo contrario, volveremos a ella o la
cambiaremos por otra… Cuántas veces cambiamos de pareja y la
siguiente nos sigue haciendo lo mismo… Los trucos no sirven, hay
que ir en serio con uno mismo, porque si no, eso nos llevará a
repetir la situación una y otra vez hasta darnos cuenta que no
estamos afrontando la situación real sino que nos andamos por las
ramas.
Lo
digo porque eso sería como maquillar la imagen que ves de ti mismo
en el espejo y creer que eso ya nos hará ser más guapos, o mejor
dicho, sentirnos más guapos porque lo que cuenta es lo que sientes
que eres y
en todo ser humano hay belleza, está esperando a ser rescatada por
nuestra autoestima y el respeto…
Lo digo porque yo me he pasado la vida maquillando el espejo en lugar
de aprender a amarme y respetarme.
Gastamos
mucho dinero con productos para sentirnos mejor, para parecer más
delgados, más altos, más firmes, más felices, más sabios…
Buscamos respuestas en los libros, en las revistas, en los gurús
pero lo que cuenta es lo que interiorizamos y estamos dispuestos a
hacer para nosotros… Nuestro compromiso con nuestras ganas de
cambiar y transformar nuestra vida… Las acciones y renuncias que
somos capaces de llevar a cabo para dar un vuelco a nuestra vida de
verdad… Muchas de ellas, ni siquiera requieren movimiento, sólo
pararse a sentir y aprender a pensar, decir no a lo que no nos llena,
vivir desde la consciencia… Haciendo incluso lo mismo que antes
pero desde la comprensión, sin el piloto automático… Cambiar
nuestro mundo interior y estar en paz, dejar de traicionarnos, y eso
de forma inevitable se verá reflejado en nuestra vida…
Podemos
ayudarnos de lo que queramos, libro, cremas, cursos… Lo que importa
es que nos lleguen dentro, que aprovechemos lo que nos ofrecen para
transformar nuestra forma de vivir… Sino, todo lo gastado es como
si se lanzara a una especie de vertedero de ilusiones perdidas. No
porque lo que compremos no sea válido, sino porque pretendemos que
sea la solución cuando si lo usamos como tapadera se convierte en
parte del problema… Con ello no digo que no compremos lo que
queramos para estar más cómodos o sentirnos más guapos, al
contrario, pero que eso no se convierta en un parche sino en un
estímulo para curar la herida que ese problema pone en evidencia…
Si te amas, amarás tus arruguitas, tus kilos de más o tus kilos de
menos… Si no te amas, nunca serás perfecto y siempre estarás
peleando contigo y con la vida para conseguir algo que ya tienes, que
ya está en ti, que es cuestión de un trabajo interior… A base de
conocerse, comprometerse contigo y si es necesario acudir a un buen
profesional que te oriente.
Esto
va de ser muy sinceros con nosotros mismos y dejar de hacernos
trampa… Va de decirnos la verdad, aunque duela y moleste, cuánto
más molesta, más necesario es decírnosla y escucharnos…
Somos un todo, cuerpo, mente, emociones, alma… Lo que afecta a una
de nuestras facetas afecta a todas ellas y debe curarse en todas…
Dejar
de sentir que no vales nada, dejar de decir que no vales nada, dejar
de pensar que no vales nada… Y en consecuencia, tratarte como lo
valioso que eres… Encontrar tu coherencia.
El
caso es que este año que está a punto de empezar, he decidido
dejarme de listas de retos e ir a por todas… Voy a hacerme una
lista de miedos. Una lista de fantasmas… De cosas y situaciones de
las que huyo para salir a encontrarme con ellas… Una a una, sin
prisa pero sin hacerme la remolona. Tomando conciencia de cada una de
ellas… Notando y comprendiendo de dónde vienen y qué han supuesto
y suponen en mi vida… De lo que me he privado por no abordar esos
miedos antes, de lo que me alejan y a lo que me acercan… De las
máscaras que me he puesto para soportarlos y esconderlos… De qué
emociones liberan en mí… Rabia, tristeza, vergüenza, asco…
Apuesto a que la primera es la que predomina en mí pero voy a dejar
que me sorprendan… Voy a hacer arqueología de mis emociones para
ver a dónde me llevan . Voy a ver dónde noto mis pensamientos, qué
me duele cuando me niego a mí misma o me digo esas cosas que no
merezco oír… Voy a perdonarme por no haber hecho mi lista hasta
ahora y darme cuenta de que no pasa nada, que todo llega a su tiempo…
Que he hecho lo necesario y que ya no voy a dejarlo más… Merezco
superar mi lista y luego, si al quitar esa capa, soy capaz de ver que
hay más, ir a por otras…
Y
no se trata de hacer una lista facilona, se trata de una verdadera
lista que ahonde en ti y que te confronte con tu realidad, que toque
de pies en el suelo y te haga saltar las costuras… Reconociendo tus
verdaderos miedos para enfrentarte a ellos y hacer que de una vez por
todas dejen de perturbarte y dirigir tu vida…
Para
hacer visible lo invisible que está ahí, dentro de nosotros, dando
la lata y doliendo un horror…
Para
hacer consciente lo inconsciente y dejar salir la presión, la
angustia y reconocerte a ti mismo que puedes y que ya basta de
ocultarte cosas y fingir…
Para
reconciliarte contigo y con todas tus partes y convertir tus
debilidades (nunca lo fueron) en fortalezas y retos. Para dejar de
mentirte y de traicionarte a ti mismo, como si mercadearas con tu
vida. Para asumir la responsabilidad de vivir tu propia vida y dejar
esquivar tus conflictos pendientes.
Esto
es un ejercicio de honestidad y honradez, de reconocer y reconocerse,
de encontrar la verdad que subyace en cada gesto, en cada momento, en
cada hábito o costumbre para comprenderse y aceptar… No me voy a
quedar en la superficie de retos que lo que hacen es poner una capa
de pintura a mis verdaderos miedos para taparlos ni voy a dejar que
mis monstruos sigan viviendo en el armario o bajo la cama… Ya basta
de dormir con la luz encendida por si acaso, es la hora de dejar de
temerle a la oscuridad… Y mientras tanto, podemos hacer todo lo que
nuestra otra lista (la ordinaria, la de retos) nos sugiera porque
seguro que nos ayuda…
Esta
lista nos hará libres porque podremos abrazar nuestra oscuridad y
descubrir que en realidad era sólo una puerta que abrir para tomar
impulso, que lo peor que creemos que hay en nosotros es lo que nos va
a cambiar la vida…
Ya
la tengo hecha, mi lista de miedos es larga, no hay prisa pero hay
compromiso… El compromiso que todos nos debemos a nosotros mismos…
Esto no va de puntuar o conseguir méritos ni premios, ni siquiera va
de ser mejores o tener éxito, va de ser libres y eso ya nos hará
sentir que hemos llegado a la cima… Y en la cima hay paz y
equilibrio.
Este
año no quiero quedarme en la superficie…
Mercè Roura
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