DEJA DE MATAR AL MENSAJERO
Preste
atención. Infinitos mensajes llegan a su vida para ayudar a que
cambie, pero así como vienen se van. La rutina, la seguridad, la
indiferencia y la costumbre los echan a patadas.
LA
MENTE SOCIAL ALERTA SOBRE EL PELIGRO DE ESCUCHAR A LOS DESCONOCIDOS,
TEME PERDER EL CONTROL.
Perpetuar
una realidad apática y desequilibrada es el propósito de los que
pretenden que el ser humano permanezca de rodillas y en las
sombras.
DEJE
DE MATAR AL MENSAJERO. Escuche. La vida quiere verlo disfrutar.
Rompa sus cadenas. Vibre. Cristo, Buda, Krishna, Mahavira, Lao Tse,
Chuang Tzu, un perro, una abeja, un pájaro, una flor, un
vagabundo... Qué importa quién transmite el mensaje.
LO
QUE VALE ES LO QUE SE NOS QUIERE DECIR. SÓLO CUENTA LO QUE LA
EXISTENCIA, A TRAVÉS DE SUS INFINITAS FORMAS, NOS HACE LLEGAR PARA
QUE EVOLUCIONEMOS.
Las
diferencias están en nuestra cabeza. En nuestras particulares
formas de percibir y entender el mundo. La existencia no discrimina.
Utiliza todo lo que nos rodea para acercarnos aquello que nos quiere
decir. Somos nosotros quienes hacemos las distinciones, quien
distorsionamos según nuestros miedos, condicionamientos o
conveniencias.
Las
fronteras y las separaciones son inventos del hombre que muy pronto
sucumbirán. Esas divisiones son las que conducen a las guerras, al
aislamiento y a la destrucción. Son las que nos hacen creer
diferentes. Las que impiden que nos reconozcamos como hermanos y que
nos sintamos uno con el Todo.
La
realidad es inmensamente rica. Nuestras miradas mezquinas son las
que la muestran descolorida y pobre. El pájaro, con su vuelo, nos
enseña la libertad. La nube, con sus transformaciones, nos enseña
a fluir. La flor, expandiendo su aroma, nos enseña a ser generosos.
Todo enseña. A su modo, todo comunica. Varía el lenguaje, cambia
la forma de expresión que adopta lo que se nos pretende transmitir,
eso implica que debemos estar más atentos, más despiertos, cada
día más conscientes.
Si
cambiamos nuestra percepción, si ampliamos la mirada y conectamos
con la existencia, por medio del corazón, podemos trascender
nuestras limitaciones. Y cuando lo hagamos, no importará quien nos
acercó el mensaje, porque habremos comprendido que las
categorizaciones corresponden a una función de la mente, y que
todo, absolutamente todo, forma parte del Creador.
LO
QUE MARCA LA DIFERENCIA NO ES QUIÉN LO DICE, SINO QUÉ SE NOS DICE.
EL
VALOR DEL MENSAJE ESTÁ EN SU PODER DE TRANSMUTACIÓN, EN SU FUERZA
PARA IMPULSAR LOS CAMBIOS.
SI
LO QUE RECIBIMOS NOS AYUDA A CONVERTIRNOS EN PERSONAS MÁS
POSITIVAS, SENSIBLES Y EQUILIBRADAS, ESO ES LO QUE VERDADERAMENTE
CUENTA.
EL
MENSAJERO ES COMO LA BARANDA DE UNA ESCALERA, CUMPLE UNA FUNCIÓN,
CONSTITUYE UN MEDIO PARA AYUDAR A ELEVARNOS.
No
se olvide que la mejor manera de que alguien continúe preso es
haciéndole creer que está en libertad. Tenemos que abrir los ojos.
Pensamos que somos libres, sin embargo estamos cautivos por nuestras
estructuras mentales. Permanecemos inmovilizados por las cadenas de
las creencias. Así no hay posibilidades de remontar vuelo.
Si
continuamos con el corazón cerrado, sin darnos el permiso de
humanizar nuestros días, el sufrimiento, la violencia y la
desesperanza serán el aire que respiremos. Aduéñese de su vida.
¿Por qué restar pudiendo sumar? ¿Por qué elegir quedarnos
estancados, rumiando penas, pudiendo ser felices? El exterior sólo
nos muestra un reflejo de nuestro interior. Si lo que vemos fuera no
nos gusta, cambiemos entonces lo que está dentro y mágicamente
nuestra vida será otra. Se volverá luminosa.
APRENDAMOS
A CONOCERNOS. DESCUBRAMOS QUIÉNES SOMOS. RECUPEREMOS EL VÍNCULO
CON NUESTRO NIÑO INTERIOR.
Sólo
cuando demos este primer paso podremos confiar. Recién ahí
conectaremos con la esencia de los mensajes. Ese día no importará
si fue Cristo, Buda, la naturaleza, una mariposa o una flor quien
nos acercó la enseñanza.
HABREMOS
COMPRENDIDO QUE LA EXISTENCIA, FIEL A SU NATURALEZA CREATIVA, SE
DISFRAZA DE MILLONES DE MANERAS PARA ACERCARNOS A AQUELLO QUE
NECESITAMOS SABER....
QUE
CAIGAN NUESTRAS BARRERAS. DEMOS PASO AL MENSAJERO.
PORQUE…
LO QUE IMPORTA ES EL MENSAJE.
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