4.6.13

Sonreír es mucho más fácil y, por supuesto más sano, que enfadarse.


ANTES Y AHORA

Antes no me gustaba que me tomasen el pelo.
Ahora, me da igual: apenas tengo pelo.

Antes siempre tenía que encontrar al responsable de cualquier cosa que me parecía que estaba mal hecha.
Ahora, ya no lo busco.

Antes me enfadaba por demasiadas cosas.
Ahora, quizás me tomo demasiadas cosas a broma.

Antes, si prometía algo, me desvivía por cumplirlo.
Ahora ya, pido más veces disculpas.

Antes pensaba que el mundo era mejorable.
Ahora pienso que yo soy mejorable.

Antes pasaba más tiempo educando a mis hijos.
Ahora procuro pasar más tiempo cultivando nuestra amistad.

Antes, cuando se estropeaba algo en casa, quería que fuese arreglado rápidamente.
Ahora, la mayoría de las cosas, si no son imprescindibles, esperan ahí: su momento oportuno.


Antes me complacía ser el mejor.
Ahora, me gusta simplemente ser.

Antes no me gustaba que quedasen "flecos sueltos".
Ahora, esos "flecos sueltos" componen por sí mismos otros nuevos asuntos, más simples y postergables.

Antes sentía miedo a hacer el ridículo.
Ahora, si lo hago, al menos hago algo.

Antes buscaba un sitio para cada objeto.
Ahora cada objeto busca (y encuentra) su propio sitio.

Antes me preocupaba mucho por el qué dirán.
Ahora, apenas me preocupa que digan.

Antes, cuando iba a salir, tenía que dejar todas las tareas terminadas.
Ahora, salgo cuando me conviene y, que esperen las tareas.

Antes no dejaba para mañana lo que podía hacer hoy.
Ahora, no hago hoy lo que pueda dejar para mañana (o pasado...)

Antes, si no recibía llamadas, visitas, cartas..., me sentía solo.
Ahora, ya tengo toda la compañía que deseo.

Antes buscaba explicaciones, significados "ocultos", en los gestos y palabras de los demás.
Ahora, los acepto, sin más.

Todo lo anterior se puede resumir en dos:

* Sonreír es mucho más fácil y, por supuesto más sano, que enfadarse.
* Seguramente, me quedan muchos más "antes" y "ahoras" que desvelar. 
Que así sea.


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