19.8.13

El mundo, como un espejo, refleja tu actitud hacia él. El mundo literalmente concuerda con lo que tú piensas de él

EL MUNDO ESPEJO

Una persona que se ha cimentado en 'las realidades de la vida' es como alguien extraviado entre las estanterías vacías de un almacén, tratando de adquirir mercancías que ya tienen la etiqueta 'Vendido' en ellas. Los únicos artículos en existencia son de baja calidad, pero incluso esos tienen una etiqueta de alto precio.

En lugar de simplemente echar un vistazo en el catálogo y formular un pedido, la persona empieza a corretear por ahí confusa, poniéndose en largas colas, luchando con uñas y dientes para empujar a través de la multitud, así como entrando en conflicto con los comerciantes y otros compradores.

Como resultado, lo que desea se le sigue escapando, mientras los problemas se acumulan. Tan triste realidad surge ante todo de la conciencia de una persona, desde donde es gradualmente materializada y se convierte en realidad. Cada ser vivo, con sus acciones directas por una parte, y sus pensamientos por la otra, crea la capa de su mundo.

El mundo, como un espejo, refleja tu actitud hacia él. El mundo literalmente concuerda con lo que tú piensas de él. ¿Pero por qué, por regla general, las peores expectativas se verifican, mientras las esperanzas y los sueños no? La imagen en el espejo es formada en la unidad del alma y la mente. Si la mente no está en conflicto con las decisiones del corazón, o viceversa, entonces con un incalculable poder la intención externa nace, y materializa el sector en el espacio de variantes que corresponde a la imagen mental. En la unidad del alma y la mente esta imagen adquiere un contorno bien definido, y es por lo tanto inmediatamente materializada en la realidad.

Sin embargo, lo que sucede más a menudo es que el alma aspira, mientras la mente está llena de dudas: el intelecto proporciona argumentos convincentes, mientras el corazón permanece indiferente. Cuando la unidad se rompe, la imagen se hace borrosa: el alma desea una cosa, mientras la mente sigue repitiendo algo distinto. Y hay algo que incondicionalmente las junta la aversión y el miedo.

Lo que sea que no puedas soportar es lo que obtendrás, pero siempre... 'Mi mundo está cuidando de mi.' Si encuentras suerte, no olvides confirmarte a ti mismo que el mundo en verdad está cuidando de ti. Proclama esta afirmación siempre que experimentes algo bueno, no importa lo pequeño que sea. Cuando experimentes una circunstancia desafortunada, sigue repitiéndote que todo es exactamente como debería ser. No importa cómo vayan las cosas, tu reacción debe ser totalmente la misma que el mundo está cuidando de mi en cualquier caso.


'Yo permito al mundo cuidar de mi.' Eso no significa que tú no debas hacer nada en absoluto y sólo te sientes con los brazos cruzados. Estoy hablando de acostumbrarse al pensamiento de que todo debe resultar para mejor por si mismo, de forma predeterminada. El espejo infaliblemente reflejará tu idea: 'Que sea exactamente como tú piensas.'
Introdúcete en el hábito de permitir al mundo cuidar de ti, desde las más triviales a las más importantes cuestiones. Digamos que te vas de tu casa sin un paraguas, y parece que empezará a llover de un momento a otro. No hay necesidad de volver. Dite a ti mismo: 'Mi mundo y yo vamos a ir a dar un paseo.' Dile a tu mundo: 'Tú cuidarás de mi, ¿no?' Y ciertamente él replicará: 'De acuerdo, de acuerdo, querido.' Puedes seguir adelante y poner tu confianza en el hecho de que tu mundo cuidará de ti. No va a empezar a llover, y si lo hace, tu mundo te proporcionará un refugio justo a tiempo. Sin embargo, en caso de fallo, no te ofendas porque el mundo no cuidara de la situación, si tú tuviste tus dudas respecto a eso. No olvides que estás frente a un espejo; tu percepción del mundo es reflejada, hasta en el más pequeño detalle ni más, ni menos. No te pongas demasiado alterado, o aún peor, no trates de luchar con tus dudas es inútil. Deja algún espacio para los errores y fallos. Lo más importante es seguir en la misma dirección general.

Efectivamente, tú puedes confiar en el mundo con muchas cosas, si le dejas cuidar de ti. Tú no puedes tratar con tus problemas por ti mismo. Dáselos al mundo, el mundo tiene incomparablemente más oportunidades de resolverlos que tú. Por ejemplo, no puedes escapar de todos los peligros con ayuda de tu intención, porque la capa de tu mundo intersecta un montón de capas que pertenecen a otros. En vez de dirigir tu intención a tu seguridad, dirígela a conformar que tu mundo sea un mundo que cuide de ti y te proteja. Entonces la intención de tu mundo se encargará.

No importa lo profundo que sea el hoyo en que te encuentres, tú siempre puedes cambiarlo todo, y el cambio será radical. Y no importa un comino que tú no tengas ni idea de cómo hacer que esto suceda. No tienes que saber el modo específico, aparecerá por si mismo.

Cambia tu atención del reflejo a la imagen. En otras palabras, tienes que tomar el control de tus pensamientos. No pienses sobre lo que no quieres y estás tratando de evitar; en su lugar piensa en lo que tú quieres y te estás esforzando por lograr.

Tratemos de invertir el círculo cerrado: expresamos nuestra actitud, el espejo consolida los contenidos de nuestra actitud y en la realidad observamos la realidad. ¿Qué tenemos ahora? El primitivo e impotente estado de nuestra actitud cesa, y es substituido por un establecimiento intencionado y dirigido al objetivo de la imagen. En vez de expresar habitualmente desagrado sobre lo que he visto en el espejo, me aparto del espejo y empiezo a formar una imagen en mis pensamientos de lo que me gustaría ver. Ese es el modo de salir del laberinto del espejo. El mundo se detiene, y luego se dispone hacia mi.

Tomando el control sobre tus sentimientos, que te atan al reflejo, ganas libertad del espejo. No reprimas tus emociones, ellas son sólo una consecuencia de tu actitud. Deberías cambiar la actitud misma el modo en que reaccionas y percibes la realidad. Obteniendo libertad, tienes la capacidad para formar el reflejo que quieres. En otras palabras, controlando el tren de tus pensamientos, tú estás controlando la realidad.

La idea no es volverse feliz por definición, sino dejar a la felicidad entrar en tu vida.
Nosotros somos felices en la medida en que nos permitimos la posibilidad de la increíble suerte. No deberías obligarte a ser feliz; en su lugar, permítete tal lujo. Simplemente confíate al mundo él sabe mejor cómo alcanzar el objetivo, y tendrá cuidado de todo él mismo. Después de todo tú no te preocupas de cómo un espejo ordinario es capaz de reproducir la imagen con tan sorprendente precisión, ¿no? Cuando estás frente a él, sólo estás pensando en lo que te gustaría ver en el reflejo. Y el espejo del mundo funciona igual de infaliblemente, sólo que con un retraso.

Tendrás que recordar constantemente a tu mente que el espejo funciona con un retraso y necesita cierta pausa para formar el reflejo, esto es, para realizar la imagen en la realidad. Durante la pausa tú debes mantenerte en tus trece, no importa lo
que pase; cree en el éxito en condiciones en que todo parece venirse abajo y arruinarse. En la medida en que tengas la audacia de no someterte al desaliento será la medida de cuánto recibirás.
La regla de interactuar con el espejo podría ser enunciada así: Cuando te mires en el espejo, no deberías intentar mover el reflejo, sino la imagen misma – tu actitud y la dirección de tus pensamientos. En otras palabras, deberías moverte tú mismo

Principios del espejo:
1. El mundo es como un espejo, refleja tu actitud hacia él.
2. El reflejo toma forma en la unidad del alma y la mente.
3. El espejo dual reacciona con un retraso.
4. El reflejo establece el contenido de la actitud de una persona e ignora su dirección
5. No pienses sobre lo que no quieres; piensa sobre lo que te esfuerzas por lograr.
6. Suelta tu agarre y deja al mundo moverse con la corriente de las variantes.
7. Percibe cualquier reflejo como positivo.
8. Controlando el tren de tus pensamientos, tú estás controlando la realidad.
9. Establece la frase de amalgama siempre que puedas.
10. No es el reflejo lo que necesitas mover, sino la imagen original tu actitud y la dirección de tus pensamientos.
11. La atención debería fijarse en el objetivo final, como si ya hubiese sido logrado.
12. Para realizar una diapositiva, tienes que ponerla sistemáticamente por un periodo de tiempo suficientemente largo.

13. No deberías reprimir tus emociones; necesitas cambiar tu actitud mental en su lugar.

Extracto del libro TRANSURFING – 5 
Reality Transurfing (Vadim Zeland)

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