4.2.20

Si la gente no está de acuerdo con tu estilo de vida, es asunto de ellos, no tuyo.

REFLEXIONES QUE TE AYUDARAN A SER FELIZ
Nuestra mente es un imán perfecto, dependiendo de nuestros pensamientos, atraeremos a determinado tipo de personas, en función de la “ley de afinidad y vibración” la cual nos dice que las personas y situaciones que vamos a atraer son similares a nuestra propia vibración.

Hoy en este artículo, voy a exponer una serie de reflexiones, propias y de personas con las que he compartido experiencias a lo largo de mis viajes y que están basadas en las experiencias vividas por ellos.

Si crees que todo el mundo quiere aprovecharse de ti, encontrarás personas que lo hagan. Al igual que si consideras que la gente es amable, amigable, en la mayoría de ocasiones te encontraras con personas así.

La vida es un aprendizaje continuo, y una de las lecciones más importantes son las relaciones humanas. Si no aprendemos, tenemos que repetir el curso. A veces se repite el curso con la misma persona, o a veces con otra.


Es fácil caer en la trampa de culpar a los demás.

NADIE PUEDE HACERTE INFELIZ SIN TU CONSENTIMIENTO.

No importa lo que hagan ni lo que digan, tú decides como reaccionar.

Si somos honestos y serios con nosotros mismos siempre elegiremos todo en la vida: amistades, trabajo, pareja, pensamientos. Es decir, no permitiremos que otros lo hagan por nosotros y así empezaremos a vivir más plenamente.

Lo que los demás piensen no es asunto nuestro.

Los demás nos respetarán en la medida en que nosotros mismos nos respetemos.

Para asumir el mando de nuestras vidas y vivir a plenitud, el reto es eliminar la necesidad de recibir la aprobación de lo que hacemos. 

Preocuparse por lo que opinen los demás es un hábito difícil de romper, pero no hacerlo puede acarrear resultados trágicos.

Si lo que temes es que algunas personas puedan pensar que eres tonto, ¡despreocúpate! ¡Seguramente ya lo piensan!

No tienes que complacer ni caer bien a todo el mundo.

Las personas deben respetar tu manera de ser y aceptarte tal y como eres.

Sin perder el respeto por los demás, debes ser sincero contigo mismo. 

Si la gente no está de acuerdo con tus ideas y tu estilo de vida, es asunto de ellos, no tuyo.

Una de las características de las personas con decisión y seguras de sí mismas, es que no dan explicaciones, simplemente hacen lo que deben hacer.

Necesitamos pensar y actuar de manera más independiente y sentirnos realizados sin tener que dar explicaciones de todo lo que hacemos a nuestros parientes, amigos y vecinos. Si decides ofrecer explicaciones, hazlo porque deseas compartir tus pensamientos y sentimientos con otra persona y no por obligación.

Somos felices en la medida que creemos controlar nuestras circunstancias; y asumir el control de nuestra vida frecuentemente implica decir «no».

La única manera de escapar al sentimiento de culpa que otros te infunden es convertirte en tu propio juez.

Que no te aten nunca tus ideas. Saca tus propias conclusiones y prepárate para aplicarlas.

Para decir «no» con buenos resultados, debes ser capaz de sostener un punto de vista contrario y no sentirte culpable por ello.

Una vez que sepas decir «no» sin experimentar sentimientos de culpa, asumirás un mayor control sobre tu vida y podrás vivir más felizmente con las demás personas y contigo mismo.

La gente te admira cuando defiendes tu postura, aunque pueden no estar de acuerdo con tu causa.

Siempre que admitimos nuestros sentimientos y confesamos nuestro amor a los demás, corremos riesgos. Por eso se necesita valor.

Nuestros seres queridos necesitan que les digamos que los queremos. Necesitan estar seguros de ello.

La mayoría de las personas necesitamos momentos de soledad para aclarar la mente, procesar pensamientos, formular estrategias, estar con la naturaleza, ubicar las cosas en perspectiva.

A veces necesitamos estar solos únicamente para extrañar a ciertas personas y quererlas de nuevo.

Las personas maduras no se molestan ante las observaciones desagradables de los demás.   Sólo la gente insignificante hace comentarios desagradables; solamente las personas insignificantes se sientes aludidas. Sé grande.

Cuando la gente nos contradice, afloran nuestras inseguridades. Tendemos a reaccionar. Pero si renunciamos al vicio de pensar que todo el mundo debe ver las cosas a nuestro modo, no habrá necesidad de discutir.

Pretendemos que los demás nos respeten insistiendo que tenemos razón, y lo que logramos es justamente lo contrario.

Tememos perder el respeto de los demás al admitir que nos hemos equivocado y, no obstante, con ello frecuentemente nos lo ganamos.

Decir a los demás que se equivocan es una excelente forma de hacerse enemigos.

Admitir que te equivocaste, puede ser una gran forma de iniciar una amistad.

Las personas no se comprometen a menos que ellas mismas establezcan el compromiso.

Si las cosas no mejoran, significa que vivimos sin aprender. 

No se trata de competir, se trata de estar consciente de que no tienes que demostrar nada. Tu reto en la vida es ser honesto contigo mismo. 

La paz mental deriva de un cambio de actitud, no de las circunstancias. 

El hecho de no juzgar a nadie no implica que todo el mundo deba parecerte agradable, o que no tengas preferencias; significa adoptar una actitud que te permite estar en paz con quienes te rodean.

Ámate a ti mismo y quiere a los demás lo bastante como para dejarlos que vivan su vida tranquilos, ayuda si te lo piden y por supuesto, ocúpate solo de tus propios asuntos y tu vida se llenara de felicidad.



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