2.1.23

La felicidad es el resultado de lo que uno se permita ser y no depende de los otros

¿SOMOS FELICES SIEMPRE?               

¿Soy feliz? ¿Por qué no soy más feliz?

¿Te has hecho alguna vez estas preguntas?

PRIMERO:

No hay que confundir ser feliz –que es un estado interior, profundo, asentado, inamovible- con los estados temporales como la alegría, que es una manifestación no continua, con la risa, siempre breve y limitada, con los placeres, que duran lo que duran pero luego desaparecen y sólo dejan un recuerdo, o los momentos de satisfacción y bienestar, que son tranquilamente radiantes pero carecen de intensidad y totalidad. Ni siquiera estar en paz es ser feliz, aunque para muchas personas ya es suficiente.

SEGUNDO: No hay que confundir “la felicidad” con “ser feliz”.

La felicidad es un estado pasajero. Aparenta ser que si uno tiene momentos de felicidad es feliz, pero no es lo mismo.

Ser feliz, implica un estado continuo, aunque no se manifieste continuamente.

Si uno es feliz, es feliz aun cuando llora, cuando está dormido y cuando no piensa en ello.

Forma parte de la naturaleza propia.

La diferencia está en que la felicidad, y el hecho de ser y saberse feliz, es un asunto que no se produce por cosas que vienen “de fuera”, sino que ya está, y no se altera por las circunstancias exteriores y temporales, como el hecho de tener un enfado, o que no salga una cosa como se esperaba, o tener lo que se dice “un mal día”, o atravesar un momento de mal humor… nada de ello modifica el hecho de ser feliz, si uno realmente lo es.

CADA PERSONA ES FELIZ DE UN MODO DISTINTO.

Algunos son verdaderamente felices estando tumbados y ociosos, y otros son verdaderamente felices en una actividad frenética.

Lo que es imprescindible es darse cuenta y averiguar cuándo y por qué uno es realmente feliz.

Lo que es bueno es darse cuenta de ello, observarse, evaluarse, y llegar a esa conclusión: Soy feliz. Aunque sea moderadamente feliz. Suficiente.

Feliz a pesar de no estar riéndome siempre, a pesar de mi situación precaria, de que no me salen todas las cosas bien, de que no se han cumplido casi ninguno de mis sueños, de que no soy un triunfador a los ojos de la sociedad…

Feliz porque tengo la oportunidad de estar vivo y sé apreciar la vida, porque disfruto de una familia o unos amigos, porque dispongo de cinco sentidos para sacarle jugo a las cosas que me rodean, y veo cosas maravillosas, escucho músicas bellas y palabras agradables, degusto lo que como, toco la mesa, un árbol, otras pieles…

Feliz porque tengo un corazón que bombea amor y late con una urgencia muy agradable cuando una emoción placentera me altera; feliz porque me considero un hijo de Dios o porque he tenido la dicha de conocer y vivenciar cosas muy hermosas a lo largo de mi vida…

Es muy interesante conocer cuáles son las cosas que nos ayudan a descubrir que somos felices, para reforzar el sentimiento o la seguridad de que lo somos.

Observar: ¿qué me hace darme cuenta de que soy feliz? y promoverlo más a menudo.

La acumulación de momentos de felicidad puede hacernos creer que somos felices. No está mal. De tanto repetirnos, o hacernos ver o creer que somos felices, eso va a conseguir asentar la convicción de que lo somos.

Es buena la confirmación positiva cuando uno se da cuenta de que YA es feliz. Repetirse “soy feliz” es una buena práctica.

Pero, cuidado: no poner trabas a la felicidad. Que ser feliz no nos cree remordimientos, o nos haga pensar que estamos retando a la maldición inexistente de que tenemos que sufrir.

Si cierras los ojos y te preguntas ¿Soy feliz? y notas que una muy leve sonrisa se insinúa en tus labios, o que un suspiro liviano, casi imperceptible, responde a la pregunta antes que tu mente (que va a hacer un inventario y una rigurosa evaluación antes de contestar), o que no tienes necesidad de responder a la pregunta porque ya disfrutas en tu interior de la respuesta afirmativa, quédate tranquilo porque sí eres feliz.

Porque puedes ser feliz, aunque no lo sepas y aunque no lo hayas dicho nunca en voz alta.

La felicidad es el resultado de lo que uno se permita ser, y no depende de los otros.

EN DEFINITIVA:

Hagamos todo aquello que nos hace sentir o estar felices, y no sólo no nos privemos sino que generemos todo lo que podamos, las conversaciones que nos emocionan, los encuentros que nos llenan el corazón, las puestas de sol, la inocencia de algunas miradas, las sonrisas que atraviesan los sentidos, la belleza donde quiera que esté y se manifieste, los recuerdos que nos alimenten de cosas agradables, el amor de los seres queridos, el amor hacia los seres desconocidos, vivir, saber que uno está vivo, las maravillas y las delicias de la vida, y todo lo que a cada uno le haga sentirse feliz.

https://lacienciadelespiritu.blogspot.com/2022/12/somos-felices-siempre-reflexiones-para.html  

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