27.8.14

Nos olvidamos de prestar atención a nuestras necesidades más íntimas

ENCUENTRA LA CONEXIÓN CON TU INTERIOR

¿Sientes que estás triste sin razón aparente? 
Si te invaden sentimientos de tristeza y no encuentras ninguna causa específica para sentirte de esta manera, probablemente lo que te haga falta es conectarte con tu esencia, descubrir –desde tu interior- qué te falta para reencontrar un estado de armonía.
 
“Si tengo todo en la vida, ¿por qué me siento mal?”

Muchas personas se preguntan esto en algún momento de su existencia. Se sienten decaídos, sin motivación alguna, tristes todo el día, a pesar de tener un buen trabajo, una hermosa familia y, aparentemente, ningún problema demasiado serio.

Lo que sucede en ocasiones es que estamos tan pendientes de los asuntos laborales, del hogar y de atender a los demás, que nos olvidamos de prestar atención a nuestras necesidades más íntimas. En otras palabras, nos hemos desconectado de nuestro propio ser.

Muchas personas se alimentan correctamente, realizan ejercicio físico y cuidan muy bien de su salud, pero aun así son invadidas por estos sentimientos inexplicables de infelicidad. Es que, además de tener en cuenta todo lo anterior, es preciso también “escuchar” aquello que su esencia les está pidiendo, lo que realmente necesitan hacer o decir para lograr un estado de paz interior.

Aquí van 5 consejos que te pueden ayudar a reencontrarte contigo mismo:


1. Detente unos minutos y disfruta de un momento a solas antes de continuar con tus tareas.
Tómate al menos cinco minutos diarios para adentrarte en tu propio universo interior. Busca un lugar tranquilo dentro de tu hogar, en el jardín o en el parque para simplemente escuchar los sonidos de la naturaleza y cuestionarte: “¿Qué me estimula en esta existencia? ¿Qué es lo que en realidad nutre mi esencia?”

2. Presta atención a las señales de tu cuerpo.
Respira profundamente, trata de aliviar las tensiones del día y pregúntate cómo te sientes físicamente. Tal vez el cuerpo te esté pidiendo a gritos estirar algunos músculos, recostarte unos minutos o comer determinado alimento. Agradece a tu cuerpo por permitirte cumplir con tantas obligaciones diarias y piensa en qué necesitarías para sentirte mejor.

3. Reconoce tus sentimientos, sin juzgarlos.
Muchas veces, cuando nos reconectamos con nosotros mismos luego de mucho tiempo de no hacerlo, nos sentimos “peor” en un principio. Esto se debe a que tenemos muchos sentimientos reprimidos, no reconocidos, los cuales se han ido acumulado dentro y necesitan liberarse.

Intenta reconocer estos sentimientos y déjalos salir; verás cómo luego te sientes mejor. Llora si deseas llorar, o golpea una almohada para liberar la rabia. Todos tus sentimientos son válidos, no los juzgues en primera instancia; simplemente permítete sentirlos, sin rotularlos como “malos” o “buenos”.

4. Tómate un momento todos los días para apreciar quién eres y todo lo que haces.
Cuando una voz crítica interna reprocha todo lo que no has podido hacer o lograr, detente un minuto y felicítate por todo lo que sí has logrado y por estar haciendo tu mejor esfuerzo. Eres un ser humano y no eres perfecto/a, por eso debes apreciar cada paso que des en la dirección correcta.

5. Lleva un diario para registrar este proceso interior.
Este aprendizaje debería ser algo disfrutable, no una tarea que debes cumplir por obligación. Analiza qué es lo que sucede dentro de ti, escucha ese llamado interno que te dice lo que realmente estás necesitando. Deja que las respuestas surjan espontáneamente. Tal vez las encuentres en un libro, en tus sueños, a través de la meditación o en señales de la naturaleza. Acepta estas respuestas, aunque te den miedo. Sé paciente y registra este proceso de transformación.

No dejes que la vorágine por cumplir con las obligaciones cotidianas te impida conectarte con tu propio ser, con quien eres en realidad.

Permítete escuchar a tu propia esencia y aliméntala con lo que necesite, para encontrar la alegría y paz interior que tanto has buscado.


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