15.7.15

Es algo tan simple como hacer lo que nos gusta. Si hacemos lo que nos gusta somos felices y si somos felices vivimos sanos

¿ESTAS SIENDO FIEL A TU PROYECTO DE VIDA?


¿CUÁL ES TU VOCACIÓN?
¿QUÉ VINISTE A HACER EN ESTA VIDA?
¿ESTAS SIENDO FIEL A TU ALMA?
¿ESTAS SIENDO FIEL A TU PROYECTO DE VIDA?

Ten siempre presente que los grandes maestros son los que han escogido una vida, antes que una existencia. (Del libro “Conversaciones con Dios”)

¿Qué es lo que nos sucede, cuando a pesar del hecho de que tengamos “todo lo que deseamos”, salud, familia, dinero, trabajo, reconocimiento social, etc., sin embargo no logramos sentirnos en paz? ¿Por qué sentimos que siempre nos falta algo?

La respuesta a esta milenaria pregunta puede abordarse desde diversos puntos de vista. He elegido desarrollar el punto de vista relacionado con la vocación personal. Entiendo que la insatisfacción a la cual me refiero, esta vinculada con el hecho de que en una gran mayoría de las veces nos dedicamos a tareas diametralmente opuestas a las que desearía realizar nuestra alma.

De manera tal que dejándonos influenciar por circunstancias y voces externas, terminamos siendo y haciendo algo muy alejado a lo que, en lo más íntimo, quisiéramos ser y hacer. Como lógica consecuencia, no logramos satisfacer a los demás ni a nosotros mismos.

Y se nos formula en nuestra mente una pregunta más: ¿estamos viviendo nuestra vida o por el contrario estamos viviendo la vida que quieren los demás que vivamos?

La síntesis es que solo se puede ser plenamente feliz, cuando somos nosotros mismos, es decir cuando estamos realizando el proyecto de vida que escogimos al venir aquí.


Por regla general, en los centros de educación, a nivel mundial, desde la escuela hasta la universidad, “se corta a todo el mundo con el mismo patrón”; se nos prepara así, para poder pertenecer a una fabrica (matrix) llamada la fabrica de la vida, la cual lamentablemente lo que mas produce es gran confusión...

Básicamente, mediante este sistema impuesto por el propio “SISTEMA”, nos formamos masivamente para trabajar, para así ganar dinero, para poder comprar cosas que en su mayoría no necesitamos... Enredados y engañados en estos menesteres, en numerosas ocasiones elegimos la carrera equivocada, la elegimos por prestigio, dinero, posición social y no por amor a lo que vamos a estudiar que posteriormente nos hará ser útiles a los demás con el ejercicio de nuestro conocimiento adquirido por lo que terminamos sintiéndonos “como sapo de otro pozo”, lo cual a la larga nos proporciona hastío, desdicha y enfermedad.

Para comenzar a revertir esta situación NO DESEADA, tanto los padres como los docentes, debemos aprender a estar atentos a las señales de nuestros niños, darnos cuenta de cuales son sus naturales inclinaciones, y facilitarles el camino para que desde temprana edad, puedan expandirse en el campo que mejor les avenga, sea cual sea. Comprendamos que somos sumamente irresponsables e irrespetuosos, cuando orientamos a nuestros hijos tendenciosamente conforme indican nuestros propios anhelos.

Nos equivocamos severamente cuando interferimos de esa manera en el destino de los demás. No tenemos que pretender que desarrollen perfección en ningún oficio o profesión en particular. Tenemos que intentar ser diestros en el sagrado arte de darles la libertad y la orientación necesaria que los ayude a lograr ser... perfectamente felices y eso pasa por el proceso interno de ayudarles a ser … ELLOS MISMOS.

Es tiempo ya sobrado, de cambiar los métodos educativos mundiales, logrando que se conviertan en un medio capaz de ayudar al SER HUMANO a desarrollar su verdadero potencial, a cultivar sus particulares dones, sus tendencias innatas, todos aquellos recursos que cada quien “trae puestos” por naturaleza, para ser entregados como maravillosa ofrenda en el entorno en el que la vida haya colocado a cada quien. 

Entonces, lograremos conformar una sociedad más sana, más justa, donde todos seamos iguales, más creativa y feliz. Es maravilloso aprender a disfrutar de cada minuto, haciendo lo que más nos apasione, que es precisamente aquello que vinimos a hacer.

Podremos percibir sin temor a equivocarnos si “damos en la diana”, porque al realizar nuestra precisa tarea nos sentimos exactamente como si estuviéramos enamorados, pero en vez de estar enamorados de una persona, lo estamos de nuestra misión, de nuestra vocación; ella se transforma en algo que nos incentiva grandemente, que nos produce profundo bienestar, se convierte en fuente inagotable de pensamientos; es algo que deseamos desarrollar por encima del resto de nuestras actividades, con contagioso entusiasmo, seguros de que es “eso” y particularmente “eso”, una actividad que le da un sentido especial a nuestra vida. Es como si nos regalaran un instrumento musical y empezáramos a tocarlo perfectamente, casi sin haber aprendido nada al respecto. La música que emane de él será hermosa y embelesará a todo el que la oiga. Será la más colosal de todas las que podamos emitir, por que estará en sintonía con la paz y la dulzura que nos proporciona estar donde debemos y queremos estar.

En terminología sánscrita existe una palabra que ilustra a la perfección el concepto que deseo desarrollar. Esta palabra es dharma: “aquello que hace que una cosa sea lo que es”, es decir, la naturaleza propia de cada ser: por extensión entonces, dharma es el modo correcto de actuar correspondiente a cada ser, de acuerdo con su peculiar naturaleza.

En el mismo sentido, frente a la pregunta de ¿Cómo saber cuál es nuestra verdadera misión?, comparto un extracto del Bhagavad Gita comentado por el Acharya Vinoba, el cual arroja más luz sobre el tema: “Nuestro Dharma nace en el mundo, junto con nosotros. La sola idea de ir a buscarlo, es de por sí, extraña. Cuando un hombre nace, su SVADHARMA (propio dharma) nace con él. Como un niño no precisa ir a buscar a su madre, así tampoco precisamos ir en pos de nuestro SVADHARMA. Es nuestro desde el comienzo. Siempre que debamos ir en búsqueda de nuestro SVADHARMA, estemos seguros que allí habrá alguna clase de ADHARMA (aquello que es opuesto al Dharma, una forma errónea de actuar), o PARADHARMA (el Dharma de los otros, el cual no nos es propio), estemos seguros de que alguna acción errada o que pertenece a otros, estamos realizando”.

HAY ALGO MUY ESPECIAL QUE CADA UNO DE NOSOTROS VINO A REALIZAR A LA TIERRA Y ES NUESTRA MAYOR RESPONSABILIDAD ENCONTRARLO Y DESARROLLARLO.

Cuando utilizo la palabra especial, no me refiero a que sea algo particularmente importante o destacado para el medio, sino simplemente esa tarea que nos corresponde por naturaleza. El sol cumple con su dharma “al salir todos los días por el horizonte”, la abeja haciendo su miel, los árboles dando sus frutos, etc. “Los ojos horizontales, la nariz vertical”, dicen los maestros zen. Así como cada cosa tiene su lugar, a nosotros nos sucede lo mismo y conviene darnos por enterados. La abeja no puede dar frutos y el árbol no puede hacer miel. ¿Por qué entonces, tantos humanos viven alejados de su vocación? ¿Será que interpretaron mal el sanscrito y en vez de encontrar su Dharma lo que buscan es vivir en medio del Drama?

Abrigo el humilde anhelo que la lectura de lo que sigue pueda ayudarnos a reflexionar sobre el tema, dado que lo considero de gran importancia, a la hora de hablar de llevar una vida digna y disfrutable. Luego de reflexionar profundamente, ojalá estemos siempre bien dispuestos y con el suficiente valor para poder realizar los cambios pertinentes que entendamos son necesarios realizar para reajustar el rumbo de nuestra vida. Ojalá nos queramos lo suficiente para darnos cuenta de que merecemos ser felices aquí y ahora, para lo cual es fundamental que podamos ser sumamente generosos con nosotros mismos. Si vivimos haciendo algo que no tenemos mas ganas de hacer, algo con lo cual no nos identificamos corazón adentro, estaremos cabizbajos y meditabundos y eso será lo que contagiaremos a los que nos rodean, y esa será también nuestra cosecha. Ya hay a nuestro alrededor, demasiado campo sembrado de hastío. Aportemos algo diferente.

EL HACER REFLEJA NUESTRA CONCIENCIA DEL SER

Cuando lo que buscamos es Ser, las acciones correctas son inevitables. Así como las ruedas de la carreta siguen los pasos del buey, de la misma manera la felicidad sigue a las acciones correctas.

Lo primero que tenemos que averiguar antes de definir conscientemente para qué estamos adentro de un cuerpo físico, caminando sobre la superficie de este maravilloso planeta, es: saber quienes somos. Es necesario que nos preguntemos a nosotros mismos: ¿Quién soy yo en el fondo? ¿Quién soy yo, más allá de todas las etiquetas coyunturales que adornan mi alma?

Investigar sobre este pequeño gran detalle nos puede llevar libros enteros, cuando no vidas enteras. No obstante, me parece un elemento muy importante a tener en cuenta a la hora de poder definir nuestras acciones. “Cuando lo que buscamos es Ser, las acciones correctas son inevitables”. ¿Estamos buscando al Ser o mediocremente nos conformamos cultivando el parecer...?

El hecho de estar vivos, es algo así como un inmenso regalo que hemos recibido gratuitamente. A nosotros nos corresponde averiguar para que estamos vivos.

¿CUÁL ES EL PROPÓSITO DE NUESTRA VIDA

¿Sabemos realmente para qué estamos encarnados en un cuerpo, con el aquí y el ahora tan hermosamente disponibles a nuestros pies? ¿Qué es lo que más deseamos alcanzar en nuestra vida? ¿Sabemos que existe algo llamado perfección y que habita en nuestro interior? Hasta que no definamos claramente estas cuestiones, será difícil que entendamos para qué hacemos lo que hacemos. Conforme sean nuestras respuestas, será nuestro accionar.

Una de nuestras principales tareas en este alucinante proceso de autoconocimiento por el que todos tenemos que transitar mientras estemos respirando, es aprender a liberarnos de los condicionamientos humanos para despertar la condición humana, la cual es Sagrada.

Nuestro olvidado puerto. La humanidad vive despertando. Como consecuencia de ello, paulatinamente, casi sin que nos demos cuenta, la vida de todos camina hacia lo sagrado. Naturalmente esto va abriendo nuestros ojos, nos va preparando para convertirnos en creadores de una nueva humanidad, en la cual ya no es suficiente tener casa, coche, un buen trabajo y vacaciones una vez por año.

YA NO INTERESA LUCHAR EN CONTRA DE UN SISTEMA QUE SE ESTÁ CAYENDO SOLO. ESTAMOS APRENDIENDO A PERCIBIR NUEVOS HORIZONTES... ¿QUÉ ES LO QUE HAY MAS ALLÁ, QUE SIN EMBARGO SE ENCUENTRA AQUÍ?

Sogyal Rimpoche, en su libro tibetano de la vida y de la muerte nos dice al respecto: “La sociedad moderna me parece una celebración de todas las cosas que alejan de la verdad, que hacen difícil vivir para la verdad y que inducen a la gente a dudar incluso de su existencia. Y pensar que todo esto surge de una civilización que dice adorar la vida, pero en realidad la priva de todo sentido real; que habla sin cesar de “hacer feliz” a la gente, pero que de hecho obstruye su camino a la fuente de la auténtica alegría”. La autentica alegría se encuentra en aprender a ser fieles a nuestra naturaleza y no a un sistema falso que nos conduce directamente al sufrimiento y a la enfermedad.

A buen entendedor, pocas palabras... 

¿QUÉ SUCEDE CUANDO NO SOMOS FIELES A NUESTRA VOCACIÓN?
LAS CONSECUENCIAS SON LA ENFERMEDAD Y EL SUFRIMIENTO.

“LA ENFERMEDAD ES EL RESULTADO, EN EL CUERPO FÍSICO, DE LA RESISTENCIA DE LA PERSONALIDAD A SER GUIADA POR EL ALMA”.Edward Bach

¿CÓMO SABER CUÁLES SON LOS DESIGNIOS DEL ALMA?
¿QUÉ LENGUAJE UTILIZA EL ALMA PARA HABLARNOS?

El mismo lenguaje que utiliza la Vida para explicarnos sus lecciones mas profundas, el mismo lenguaje que utiliza Dios para explicarnos los mecanismos de sus leyes, es decir, el lenguaje más sencillo de todos, ese que se encuentra exactamente a nuestro alcance; nuestra alma nos habla a través de las cosas simples que nos rodean, tales como hacer lo que realmente nos gusta, como compartir con las personas que queremos, cultivar sentimientos nobles, tomar decisiones sanas, disfrutar de lo natural poniéndonos en contacto con los elementos, etc.. Nuestra alma nos habla a través de la intuición, a través de nuestros deseos más profundos y elevados, de nuestras atracciones, rechazos, alegrías y tristezas.

Kahlil Gibran tiene una frase fantástica que comparto como flecha orientadora: “Hay un nirvana, desde luego, y consiste en llevar tu ganado a los verdes pastos, y en llevar a tu hijo a la cama, y en escribir la última línea de tu poema”. ¿Cuál es el camino que nos lleva a nuestro nirvana personal? ¿Ya lo descubrimos? ¿Nuestras acciones están direccionadas a obtener dicho objetivo?

El nirvana es la frescura de soltar, soltar condicionamientos externos y poder ser fieles a nuestras reales y simples inclinaciones. Cuando no somos capaces de decodificar este íntimo y elemental lenguaje, el resultado es la enfermedad. Si buscamos vivir en armonía, vale la pena entonces, ajustar nuestros oídos a los sutiles mandatos de nuestro Maestro interno.

¿CÓMO DARNOS CUENTA SI ESTAMOS HACIENDO LO CORRECTO?

Es muy fácil, observando el estado de salud de nuestro cuerpo. Si actuamos en consonancia con nosotros mismos, nuestro cuerpo se encuentra perfectamente ajustado, como un hermoso arco pronto para disparar la certera flecha que dará en el blanco.

Cualquiera sea la dolencia que hayamos adquirido por propia elección..., sepamos que las posibilidades de sanarnos están totalmente al alcance de nuestras manos, pues la vida no pone pruebas que estén por encima de nuestras posibilidades. Nunca se nos pide más de lo que podemos hacer.

Somos nosotros los que muchas veces esperamos muy poco de nosotros mismos y de la vida, o en su defecto, interpretamos los acontecimientos faltos de la adecuada información.

La solución está siempre a nuestro lado, como dicen los maestros zen, la verdad “está más cerca que cerca”. Es algo tan simple como hacer lo que nos gusta. Si hacemos lo que nos gusta somos felices y si somos felices vivimos sanos, no obstruimos la energía de nuestros cuerpos, interactuamos con el entorno en armonía, nos convertimos en un panal viviente, compartiendo mieles allí por donde vamos.

Para responder la pregunta inicial de cómo darnos cuenta si estamos haciendo lo correcto, veamos el dialogo de alumno y maestro:

Campesino: ¿Cómo sabré si la acción que hago es correcta?

Niranja: La acción correcta es estar atento a la Vida. Cuando el hombre dice que tiene responsabilidades o deberes sólo está atendiendo a su propio yo. Entonces, si es un político, dice que no puede atender a su hijo enfermo porque tiene que dar una conferencia, porque tiene que cumplir con su acción correcta de político, por lo tanto, está atendiendo a su ambición.

Campesino: Pero tenemos diferentes deberes: políticos, religiosos, familiares y demás. En el momento en que estos se contraponen ¿cómo decidir cuál es la acción correcta?

Niranja: Si se separan las acciones en un casillero, entonces no son las acciones correctas, porque quien hace la acción correcta vive en la Vida, está unido a todo, no tiene nada prefijado, está dentro de la Vida y se mueve con ella como hoja en el viento. El viento no le pide su parecer a la hoja para moverla, ni la hoja piensa en resistirse: si va para arriba, bien; si va para abajo, bien. El viento y la hoja son una sola voluntad.

Campesino: Pero, Maestro, es muy difícil decidir cuál es la acción apropiada, la vida presenta encrucijadas en las cuales no sabemos decidir qué es lo mejor.

Niranja: No estás escuchando con el corazón. ¿Tu ves acaso que la Vida viene, se detiene frente a ti y te dice: "aquí te presento una encrucijada”?

Campesino: No, Maestro.

Niranja: Entonces es tu mente quien las presenta. La mente depende de un poder superior que es la Vida, por consiguiente los juicios de la mente no afectan a la Vida. Tu sólo debes seguir el impulso del viento afincado en tu corazón, él te llevará correctamente”.

NO IMPORTA LA EDAD PARA EL CAMBIO SIEMPRE ES TEMPRANO EN EL AMANECER DEL ESPÍRITU CADA MAÑANA.

No importa la edad que tengamos en este momento. Si sentimos que lo que hemos escogido no es lo correcto y tenemos certeza de que lo que nos gusta se encuentra por otro camino, es primordial que tengamos aquí y ahora, el valor de tomar la decisión de poder cambiar de rumbo.

No importa que cueste trabajo. En ese intento de redireccionamiento ya estaremos prestando alas a nuestra alma y alivio a nuestros dolores. A veces tenemos que transitar diversos senderos y distintas etapas antes de encontrarnos con nuestro “CAMINO” el autentico el que realmente hemos venido hacer aquí.

No importa cuánto tiempo demoremos, ni cuales sean los contratiempos. Tengamos la certeza de que la Verdad que anida en nuestra esencia, siempre tendrá mas fuerza que los miedos que inculcaron en nuestra mente.

Séneca nos dice: “NO ES PORQUE LAS COSAS SEAN DIFÍCILES QUE NO NOS ATREVEMOS. ES PORQUE NO NOS ATREVEMOS QUE SON DIFÍCILES”.

Ya habremos escuchado muchas veces la frase que dice que cuando deseamos algo con mucha fuerza, todo el universo conspira para que realicemos nuestro deseo. De ahí la importancia de aprender a ajustar nuestros anhelos con los anhelos del Alma. Ella es quien sabe lo que precisamos para avanzar en nuestro proceso, no nuestra personalidad.

La mente sabe muy poquito. Sin embargo grita mucho, poniendo delante de nuestra pantalla mental sus puntos a favor y sus puntos en contra, basada en parámetros falsos, superficiales y muchas veces, incongruentes. En cambio el alma habla con voz suavecita.

Por lo tanto tenemos que aprender a buscar nuestro silencio interior, para poder escucharla...

Para lo cual es fundamental introducir la meditación en nuestros hábitos, bajo la metodología que mejor concuerde con nuestra naturaleza.

Solo cuando logremos alinear congruentemente las acciones, los pensamientos y los sentimientos en una misma dirección, nos sentiremos en paz e irradiaremos luz, estaremos sanos y contagiaremos alegría y salud. No solo eso, sino que encontraremos en esa “nuestra” acción, una fuente de poder ilimitado... Es cuestión de animarse a ser feliz...

“No cambiamos tratando de ser lo que no somos, 
sino siendo plenamente lo que somos”.

Demoremos lo que demoremos, lo importante es que logremos estar donde tenemos que estar. Es la única manera de poder disfrutar y avanzar. Entonces seremos consecuentes con nuestro yo profundo. Entonces estaremos encontrándonos cara a cara con la felicidad y la paz interior, esa paz que todos buscamos y que tan pocos encontramos...

Escribe Coelho: “El don es de quien quiera aceptarlo. Basta con creer, aceptar y no tener miedo de cometer algunos errores. En algunas personas ese don se manifiesta espontáneamente. Otras necesitan trabajar para encontrarlo”.

Si intuimos por donde caminar, empecemos a hacerlo YA. Si nuestra visión esta aun demasiado nublada por haber prestado desmedida atención a las voces del exterior, deberemos hacer un poco más de esfuerzo, pero con la certeza de que encontraremos nuestro lugar, nuestra particular forma de vibrar.

Después, de manera natural, llega la siguiente y maravillosa etapa, que Taisen Deshimaru define de esta manera: “el don gratuito es el origen de la verdadera felicidad”. Cuando encontramos la horma de nuestro zapato, estamos en condiciones de empezar a practicar lo que nos enseñan los grandes Maestros, es decir, comenzaremos a desarrollar el sagrado arte de poner el acento en lo que hacemos y no en el provecho que obtendremos por lo que hacemos, como generalmente suele suceder hoy día. Un universo nuevo y muy elevado se abrirá ante nosotros...

El Alma comenzará a sentir el enorme regocijo interior que proporciona saber dar de esta hermosa manera, igual que como hacen las flores cuando comparten su exquisita fragancia sin pedir nada a cambio. A propósito, adoro la profunda y simple enseñanza que nos regala este Haiku: “sin meta alguna, el aroma de la cáscara de limón impregna el aire”...

La pregunta entonces, ahora te la hago a ti, tú que estás leyendo este artículo:
¿ESTAS SIENDO FIEL A TU PROYECTO DE VIDA?

Siéntate relájate y espera la respuesta que te des, sin lugar a dudas eres quien mejor te conoces, por eso será la más acertada. Luego ya será todo más fácil. Bastará con que te hagas caso a ti mismo.

Un fraternal abrazo lleno de deseo de servir.
E.P.L.

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