1.7.15

Tomemos decisiones basándonos en nuestras emociones y experiencias

DECIDIR SIN PENSAR: La inteligencia intuitiva

“Cuando tomamos decisiones pequeñas, es ventajoso analizar los pro y los contra.
En los asuntos vitales, la decisión debe venir del inconsciente,
de un lugar recóndito en nuestro interior”
(Sigmund Freud)
Quizás te hayan dicho que no sueles pensar antes de hablar o tomar una decisión, como si fuera una crítica. Sin embargo, puede llegar a ser una virtud, si aprendes a usar la inteligencia intuitiva.

Hasta hace unos años no se tenían demasiados conocimientos sobre la inteligencia y solo se sabía que las personas teníamos la capacidad para resolver  problemas lógicos, por ejemplo. Posteriormente surgió una teoría que dejó a todos boquiabiertos: se refiere a la “teoría de las las inteligencias múltiples”. Este concepto ha adquirido una nueva dimensión y se amplía periódicamente.

Esto quiere decir que los científicos se han dado cuenta de que los seres humanos tenemos muchas más capacidades o inteligencias que aquellas para resolver una ecuación o hilar frases. Pero aún hay más, porque en los últimos tiempos se está trabajando mucho en el concepto de inteligencia intuitiva. Esta teoría se refiere a la manera en que tomamos nuestras decisiones.

Como decía Freud y hemos reseñado al principio, las decisiones que realmente importan en nuestra vida como aquellas relacionadas con una pareja o un empleo, debemos dejar que sean gobernadas por las necesidades de la naturaleza, por nuestras intuiciones.


¿Qué quiere decir esto? Que si nos basamos en la intuición y no en el pensamiento, si tenemos en cuenta la práctica y no la teoría y si no dejamos que los miedos e inseguridades nos gobiernen… entonces, no hay nada correcto o erróneo en nuestras decisiones.
Muchas veces hacemos oídos sordos a las emociones que se generan en lo más profundo de nuestro ser porque preferimos hacerle caso a lo que dice la razón.
¿Por qué la mente tiene que tener razón?, ¿es posible que el corazón no se equivoque?
La inteligencia intuitiva, pensar con el sentimiento
La teoría de las inteligencias múltiples surgió gracias a un sociólogo de origen canadiense llamado Malcolm Gladwell. Este profesional afirma que los hombres y mujeres tenemos la capacidad de aplicar cierto sentido a las situaciones, siempre basándonos en nuestras experiencias, que son realmente efímeras y subjetivas. Pero también somos capaces para determinar, en un lapso muy corto de tiempo como un abrir y cerrar de ojos, qué es lo más importante. Esto es la inteligencia intuitiva.

Si la usamos, podremos resolver problemas y decidir en poco tiempo. Este concepto sin duda va en contra de nuestras ideas o tradiciones, donde se nos inculca desde pequeños que para tomar buenas decisiones lo tenemos que pensar bien, “meditar con la almohada”, dejar pasar unos días, etc.

A diferencia de lo que venimos haciendo hasta ahora (no apresurarse y analizar lo bueno y lo malo de cada situación), este sociólogo nos “invita” a que decidamos sin pensarlo tanto. O mejor dicho, que tomemos decisiones basándonos en nuestras emociones y experiencias, no en el raciocinio o conceptos que ya tenemos incorporados.

Tener más datos no siempre es bueno para tomar decisiones. Puede que analicemos las cosas 20 veces, busquemos información, preguntemos a los demás, hagamos una investigación o nos vayamos al medio del campo a pensar. Pero esto no nos garantiza el éxito ni tampoco acertar.

Según la teoría de la inteligencia intuitiva el tiempo o el análisis profundo nos pueden jugar una mala pasada al confundirnos o incluso, podemos llegar a aburrirnos del proceso. Así es como tomamos una decisión errónea porque el cerebro sufre un “desbloqueo”.

Podríamos comparar nuestra mente con un ordenador, ¿qué ocurre si abres muchas ventanas y quieres hacer decenas de tareas al mismo tiempo? Exacto, colapsa. Lo mismo le ocurre al cerebro al estar inmerso no sólo en tanta cantidad de información, sino también de presión.

Otro ejemplo muy claro que nos ayudará a entender la teoría de la inteligencia intuitiva es cuando tenemos ganas de comer algo dulce y vamos hasta la tienda y vemos una gran cantidad de golosinas y chocolates. Podemos pasarnos horas eligiendo… En cambio, si abrimos la nevera en casa y (con suerte) tenemos dos opciones de dulces, tardaremos mucho menos en decirnos y disfrutar del postre.

Es bueno para poder poner en práctica los principios de la inteligencia intuitiva que estés dispuesto a tener una “mente más abierta”, que aprendas a leer los mensajes o señales que te brindan los sentimientos y que, de vez en cuando, te dejes llevar por ellos.


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