18.2.16

Hacer que las cosas sucedan, para después dejar que las cosas sucedan

CONFÍA EN EL PROCESO

A veces la vida nos parece ajena a nuestros propios planes. Nuestros sueños y propósitos personales están suspendidos en el tiempo. Aún teniéndolos claros, las circunstancias parecen organizarse para dilatarlos en el tiempo…

Pero solo lo parece. Alguien dijo que “el maestro aparece cuando el alumno está preparado”. Y así es. Seguramente el tiempo es necesario para poder estar preparado para vivir lo que creemos merecer y por lo que tanto luchamos. Esa es la clave: luchar. No hay que luchar, solo hay que permitir que las cosas sucedan, estando atento a lo que sucede en nuestro interior, a nuestro alrededor y bien preparados para recibir lo que merecemos, aunque muchas veces eso no coincida con lo que esperamos.

Debemos “confiar en el proceso”. El camino es el propio proceso y hay que saber recorrerlo, en la vida, en los proyectos profesionales y en todo aquello que persiga nuestros sueños. El proceso, por largo que parezca a ratos, es necesario. Es la preparación y la construcción del propio deseo o sueño. Y así es la vida, un camino de aprendizaje. Todo en ella es parte del camino. El amor, la felicidad, la plenitud o la mera consecución de un proyecto de vida.

Nuestra experiencia ya nos lo dice. ¿Cuántas veces hemos esperado o buscado el amor o la felicidad, la realización o la plenitud, sin haberlas alcanzado? ¿Estábamos realmente preparados para acojerlas? ¿Creímos que eran una meta, para la cual solo era necesario proponérsela y tener firmeza para alcanzarla? El camino es la propia meta. Todo llega cuando debe, ni antes ni después. O no llega porque no debe llegar o porque no es nuestra meta, sin más. La vida decide por sí misma lo que debemos alcanzar en cada momento. No entiende de tiempo ni de distancias. Nuestra libre decisión es el propio sueño y permitirnos que éste se cumpla, cuando deba ser…

Pero cuando estás atento a lo que hay en tu interior, la vida nos envía sutiles señales de aprobación para indicarnos que estamos en el buen camino hacia aquello que soñamos. Casualidades o sincronismos, llámale como quieras. Imagenes, sueños o señales que solo somos capaces de verlas si estamos bien atentos a nuestro interior, a lo que setimos y deseamos. La vida y nuestro sueño en ella se manifiesta, a cada rato. Y para percibirlo, solo debemos estar atentos y ser libres, es decir, no tener distorsionada nuestra percepción. Y se distorsiona cuando queremos manipular nuestra visión con ideas, conceptos, situaciones, que solo existen en nuestra mente. Si logramos deshacernos de ellos, veremos con claridad el camino por el que transitamos, día a día y en él, las señales que nos indican que estamos en el buen camino hacia nosotros mismos.

Hacer que las cosas sucedan, para después dejar que las cosas sucedan. Vivir el momento y lo que sientes en tu interior, para poder ver, sentir y vivir lo que te rodea. Vive desde el corazón, fluye con él, compártelo con quien amas para vivir y sentir profundamente lo que merecéis aprender, a cada momento y cada uno de vosotros!

Ahí va una bonita leyenda:

Fuente: http://contigomismo.com/2015/confia-en-el-proceso/

No hay comentarios:

Publicar un comentario