17.10.18

Deja que la vida te toque y te cuente, que te invada y te marque el camino

DATE UN TREGUA

Vamos a hacer una prueba. Un día como hoy, si quieres, te levantas y te permites que todo resbale. Que lo que te araña te arañe menos. Que lo que te parece urgente salte de tu agenda hasta perderse en el olvido… Que nada te zarandee tanto como para quedarte muerto o roto… Notar lo que pasa hasta el final pero sin dejar que te inunde y te haga perder el equilibro, sintiendo que no importa, que dentro de ti, en algún momento que no este, encontrarás solución… Y que si no la encuentras, tampoco pasa nada porque la vida no es morir en los intentos sino estar presente. 

Y no te hablo de no sentir, al contrario, te hablo de sentirlo todo, pero lo de hoy, lo de ahora… No lo de hace años que llevas adherido a la piel y no consigues soltar o lo que piensas que pasará un día de estos porque te crees un ser predestinado al fracaso o al sufrimiento. Te hablo de sentir cada instante, cada miedo, cada sensación, cada risa, cada sonido… De ir por la calle notando este viento fresco que eriza tu vello y pone en alerta tu piel y disfrutar del tacto de los que amas como si fuera la primera vez y al mismo tiempo la última.

Te propongo por un rato no pensar más allá de la vuelta de la esquina, para no perderte este ahora que se escapa y que mientras lees esto (por cierto, gracias inmensas por dedicar una parte de tu valioso tiempo a mis palabras) se va y se esfuma.


Ya lo sé. Tienes tantas cosas pendientes… Algunas complicadas y duras. Sin embargo, no las vas a solucionar desde esa sensación que te golpea el pecho, que cuesta soltar y que no se irá en dos días. Sin embargo, no se irá nunca si no te permites respirar, si no te sientes merecedor de ser libre y vivir como si mañana no importara. Porque en realidad, no importa… Y no porque no vayamos a hacer todo lo posible (y mucho de lo imposible) porque esté lleno de lo que amamos y soñamos, sino porque no existe todavía y le estamos dedicando un tiempo maravilloso de nuestro presente…

Preocuparse no sirve de nada. Lo que realmente sirve es comprender qué nos cuenta la vida con cada conflicto y ponerse manos a la obra en lo que sentimos que podemos hacer para solucionarlo… Hacer desde la consciencia y no desde la necesidad de mantenerse desesperado para demostrarle nada a nadie. Vivir desde una compasión inmensa por lo que realmente somos y amarnos pese a reconocer nuestros errores, sabiendo que están ahí para que los usemos de puente a nuestra nueva vida.

Todo cambia en un instante. Cruzas una calle y encuentras a alguien que hace un siglo que no ves y que tiene la respuesta que buscas. Recibes una llamada y algo se apaga, se rompe pero en pocos días abres un libro y todo cambia. A veces, el sol sale cuando cierras los ojos porque estás demasiado cansado de enfadarte con la vida porque llueve y nunca lo ves… 

Te propongo que ahora no te enfades. Que te des una tregua a ti y tus problemas pendientes. Que durante un rato (un minuto o un siglo, el tiempo no existe en realidad) te permitas que todo sea tan relativo que nada cuente, ni sume, ni reste, ni encienda ni apague la luz… Tu luz…  Que no tengas que hacer nada concreto más que lo que te apetece, que no vayas a mirar tu lista de objetivos para tachar algo que debes hacer hoy (si no es que te entusiasma) Que pares y vivas y sientas qué deseas realmente. Que hoy no importe nada más amarte y amar y vivir en consecuencia a eses amor loco y maravilloso que nunca te permites porque te castigas cuando crees que fallas.

Hoy no produzcas. No generes. No taches nada en la lista ni planifiques… Deja que la vida te cuente y te marque… A ver a dónde vas y qué pone en tu camino. Si llaman a la puerta y no te apetece, no abras. Afloja el cinturón y déjate el pelo ondulado, a su aire, sin que tenga ese liso perfecto de cada día. Pierde deliciosamente tu tiempo tomando café con alguien y charla sobre lo maravilloso que es tomar café sin mirar el reloj. Entierra tu móvil y deja que los mensajes los envíe la vida, el mundo que late y descubre caminos más allá de una pantalla.

Déjate llevar por un aroma y sigue su rastro. Come con pausa y llénate de vida. Si tus planes te rompen, rompe tus planes hasta que a media tarde estés aquí y ahora, y sepas que estás justo donde deseas estar haciendo lo que realmente necesitas, no lo que el mundo te vende… Y tal vez, sea hacer nada. Hay que hacer mucho de nada para saber con qué llenar tu vida, para aprender a notar la necesidad real de lo que amamos, de lo que nos apasiona y entusiasma…

No hagas, pero mantente despierto a la vida. No pierdas detalle porque alguien o algo, mientras encuentras tu calma, te va a susurrar todas las respuestas que buscas y necesitas… Hace tiempo que las tienes pendientes de escuchar pero no podían llegar a ti porque no paras ni escuchas… Y no es que no pare tu cuerpo, no para tu mente. No paran tus pensamientos terribles sobre lo que sucederá mañana ni los pensamientos tristes que se ocupan de golpearte de nuevo por lo que pasó ayer…

Te propongo que hoy decidas no tener futuro ni pasado y notes este momento como si fuera el único, pero con la extraordinaria sensación de que si lo vives, conseguirás que haya otro, y otro, y otro, hasta que tu vida sea un sinfín de momentos deliciosos y llenos de ti…

Deja que la vida te toque y te cuente, que te invada y te marque el camino. Deja que te cale tan hondo que te des cuenta de una vez por todas de que tú eres la vida y en realidad eres tú quién lo marca pero has sido hasta hoy incapaz de notarlo porque no te sueltas ni permites dejas de angustiarte. Mientras te preocupas, no vives y es justo cuando vives que encuentras las respuestas y las herramientas para solucionar tus preocupaciones.

Te propongo que hoy te mires con tanto amor que comprendas que te mereces una tregua entre tanto aviso loco y exigencia bárbara… Que te quieras tanto que te permitas descansar y no buscar rendimiento y resultado a todo… Que te comprendas tanto que mires tus debilidades con cariño y te des cuenta que llegarán a ser tus fortalezas si sabes abrazarlas…
Que seas tan amable contigo que te permitas decidir que no puedes hacerlo todo hoy y busques un lugar hermoso donde darte cuenta de lo mucho que mereces y amas.

Deja de castigarte por lo que no eres y vive tu esencia. Te propongo que te trates como mereces y comprendas que ya eres perfecto y no esperes nada… Porque todo lo hermoso y lo bueno que va a llegar está a dos minutos de este silencio maravilloso que te permites ahora y que casi nunca vives ni habitas. 

Mercè Roura

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