20.8.20

Si agreden tu dignidad, roban la libertad o te hacen creer que no tienes valor, huye

ALAS ROTAS

Es posible que en el pasado te hicieran daño y, desde entonces, no has vuelto a abrir las alas de tu libertad. Debes hacerlo para demostrarte que puedes sentirte bien contigo mismo.

Siempre encontraremos habilidosos en cortarnos las alas y ante los cuales estamos obligados a reaccionar: porque nacimos para volar alto, no para ser cautivos de cárceles ajenas.

Libertad es sinónimo de respeto y de otra igual de hermosa: convivencia.

A pesar de que todos tenemos muy claro lo que significan estos dos términos, en ocasiones, los confundimos o peor aún los orientamos según necesidades propias, según egoísmos privados.

Si pensamos en ello con detenimiento, nos daremos cuenta de una cosa: en nuestro día a día abundan en exceso los “cercenadores de alas”.

No hablamos solo de esas personas que vulneran los derechos y la autoestima de sus parejas. También hay familias que cortan las alas de sus hijos y les impiden crecer en madurez y autonomía.

También las empresas y muchas organizaciones limitan el potencial de sus trabajadores al preferirlos dóciles y obedientes, parte de un sistema donde lo atrevido, la creatividad y la innovación son sinónimo de riesgo y no son bien recibidos.

Vivimos, sin duda, realidades muy complejas que minan, poco a poco, nuestro crecimiento personal, al que todos tienen derecho… aún de equivocándose.

No los convenzas a ellos, convéncete a ti mismo de que puedes lograr lo que desees. Y si en algún momento alguien osa agredir tu dignidad, robarte la libertad o hacerte creer que no tienes valor, huye...

Pon distancia de la pareja que te arranca las alas para obligarte a residir en sus universos personales, ahí donde dejar de pensar por ti mismo, donde quedan prohibidas las opiniones y el derecho a crecer personalmente.

Rebélate frente a la familia que te impide ser tú mismo, que te impone creencias, juicios de valor y exigencias que no van contigo.

Protégete de esos trabajos donde también te cortan las alas, donde no puedes demostrar lo que vales y donde te convierten en una pieza más de un engranaje que, día a día, te trae infelicidad.

Hay personas que en el pasado lucieron unas alas preciosas y espectaculares….

Sin embargo, debido a una mala experiencia, a una relación traumática o una pérdida, nunca más han vuelto a desplegarlas..


No hay comentarios:

Publicar un comentario