14.5.21

Mira adentro y descubrirás las respuestas que del mundo exterior no pueden llegarte

NADA ES PARA SIEMPRE 

Conviene recordar lo que la sabiduría milenaria nos ha dejado como enseñanza. “nada es para siempre. Ni lo bueno, ni lo malo”.

En los tiempos difíciles que nos toca vivir, es evidente que esa es nuestra esperanza, pero no hay que olvidar también que debemos esforzarnos para que esto cambie, los cambios siempre son producto del trabajo y el esfuerzo del ser humano para mejorar la sociedad.

Cuando vivimos tiempos felices pareciese que no van a terminar nunca. Se hacen cortos, se aprecian efímeros, se decantan ansiosos por perpetuarse, se complacen intensos y se devoran así mismos en un intento de no perderlos nunca.

En los momentos dulces estamos como en las nubes. Con el placer a flor de piel, con las ganas de agradar saliendo por los poros, con el entusiasmo dirigiendo cada manecilla del reloj, con la sonrisa amable en los labios y los ojos chispeantes de alegría por pasar por encima de la normal realidad que vive el resto.

Las sensaciones son muy diferentes cuando la vida está en contra. Los minutos se dilatan, los días cabalgan acelerados sobre las desgracias y todas parecen reunirse para hacernos caer en el más absoluto abatimiento.

Lo cierto es que, un día, después de pasar por todos los estados, uno llega a la conclusión de que una vida de turbulencias, intensidades, ruidos y fuegos artificiales puede parecer deseable a la que lleva o cuando se lleva, pero la verdadera felicidad reside en la sabiduría que siempre será una perla que se encuentra, solamente, en las mentes calmadas.

Y eso es lo que perdura. La calma del alma, el sosiego del espíritu, la serenidad con la que podemos enfrentar tanto los momentos de dicha como los más amargos. Porque todo es temporal.

Todo termina acabando y quizás, lo único que no lo hace es la búsqueda de ese estado de equilibrio en el que ansiar deja de ser una palabra deseable porque nos sumerge en las más oscuras necesidades; muy difíciles de apartar de nuestro día a día.

La clave: mirar hacia dentro, para encontrarnos con el silencio profundo y poder descubrir las respuestas que desde el mundo exterior nunca podrían llegarnos. 

Esa será una buena finalidad para que la felicidad se instale en nuestra vida.

REFLEXIÓN

En los cambios sufridos, por la humanidad terrestre ha habido una constan­te: el deseo de salir de la rutina así pues no nos rebelemos ante los cambios.

http://lacienciadelespiritu.blogspot.com/2021/05/nada-es-para-siempre.html

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