31.10.23

Cada vez que decides, estás decidiendo entre tú y lo que no eres tú

SOLO TE ATAN TUS PENSAMIENTOS

Es tan difícil tomar decisiones. A veces, el corazón nos dice que sí y la cabeza que no. Vivimos asustados intentando tomar la decisión correcta cuando eso no existe. No hay forma de acertar porque no sabemos qué pasará cuando apretamos el botón, le damos a la palanca, presionamos en la pantalla, al enter, cruzamos la calle o pronunciamos una palabra. A veces, actuamos pensando en qué efectos tendrán nuestras acciones. 

Eso está bien porque somos responsables de lo que hacemos y decimos, pero no podemos ni imaginar cómo nuestros actos y palabras afectan a los demás. Y, sobre todo, no podemos decidir solo en base a cómo actuarán ellos ni qué dirán porque sus mentes no son nuestra mente y sus vidas no son nuestra vida. Ya no vale eso de quedarse a medias o tomar el camino del medio para no molestar a otros y acabar haciéndote daño tú…

Es importante no ir pisando a nadie pero lo que no podemos es pisarnos a nosotros para que los demás no se sientan mal. Y mucho menos, algo que hacemos a menudo, pisarnos esperando que tengan piedad de nosotros y sientan pena para que finalmente nos traten como merecemos porque eso no ocurre nunca. Nadie te valora por pena. Nadie te quiere porque estés pisado y magullado. Nadie te valora si te rebajas ante él para que te vea y te tome en cuenta. Nadie te hace caso si te desvives para que te haga caso.

No podemos decidir en base a lo que les conviene a otros. Podemos ser sinceros y explicar. Hablar con el corazón en la mano y hacer pactos para que todos nos sintamos reconocidos, valorados y escuchados. Para que nadie se sienta menos que nadie… Aunque no lo podemos evitar porque en muchas ocasiones por más que le digas a alguien lo maravilloso que es y le trates en consecuencia, nunca se sentirá maravilloso por más que insistas. Porque todavía no se ha dado cuenta…

Es difícil decidir a veces porque queremos quedar bien con todo el mundo y acabamos quedando mal con nosotros mismos. Nos dejamos de lado para pensar en otros primero, nos quitamos nuestro lugar para dárselo a otros esperando que así nos vean y valoren y nunca lo hacen. Nadie que no vea tu valor ahora lo verá por más que te esfuerces… Porque no necesitas hacer nada para merecer eso que buscas, ya lo mereces desde el minuto uno. Lo que pasa es que todavía no te has dado cuenta y andas buscando por ahí que alguien lo haga por ti…

Tienes que decidir pensando en ti. Sin hacer daño, pero sin hacerte daño. Sin pisar, pero sin pisarte. Decidir con miedo pero no desde el miedo. Decidir desde el amor y el respeto, pero sin olvidar el amor y el respeto que te mereces tú.

Cuando la cabeza dice no y el corazón dice sí, hay que respirar y notar en el cuerpo cuál es la respuesta.

Y no es la que queda bien, la que el mundo espera, la que crees que necesitas para demostrar nada a nadie… Es la que te recuerda quién eres en realidad. La que te saca de la cárcel mental. La que te alivia el dolor y la presión en el pecho. La que te hace poder desatascar lágrimas y estar bien contigo… Aunque parezca una locura. Aunque vaya a contracorriente. Aunque el mundo te mire raro y no tenga sentido aparente… Aunque una vez tomada acción y ya en el nuevo camino no pase nada de lo esperado y la incertidumbre se pasee ante tu cara con una sonrisa irreverente e indescifrable.

Porque no importa el camino elegido, lo que importa es para qué lo escoges. Si buscas ser reconocido o lo eliges justo porque te reconoces. Si lo haces para demostrar o porque con ello te demuestras a ti que ya vales sin tener que demostrar nada.

Porque si escoges para estar bien, aunque eso rompa tu mundo y duela, no puede haber error. Porque lo que buscabas al escoger ya lo has conseguido y no estás pendiente de un resultado. Porque el resultado es la elección en sí misma… La paz.

Porque en realidad no es elegir entre derecha o izquierda, arriba o abajo, un camino u otro… Es elegirte a ti. Cada vez que decides estás decidiendo entre tú y lo que no eres tú.

La foto del post es mía. Habla de lo atados que nos sentimos a veces a pesar de tener un mar de libertad ante nosotros… Porque, en realidad, solo nos atan nuestros pensamientos.

Mercè Roura

https://mercerou.wordpress.com/2023/10/30/solo-te-atan-tus-pensamientos/  

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