EL PASADO COMO TRAMPOLÍN
Puede que alguien nos hiciera mucho daño o que nos
desilusionáramos, puede que las circunstancias acabasen por no ser como
realmente esperábamos en el pasado. Una palabra no pronunciada, un error que
no aceptamos o un comportamiento que no esperábamos pueden construir cadenas en
nosotros, haciéndonos presos de nuestras propias circunstancias.
El pasado puede pesarnos, incluso generarnos un gran sufrimiento cada vez que lo rememoramos. Echar la vista atrás o vivir constantemente recordando lo que ocurrió sin aprender de ello nos ata a los reproches, a la culpa o a la crítica sin permitirnos avanzar.








