25.2.13

Lo que te separa de tu felicidad es solo el miedo a ser y sentir lo que sientes en tu interior!


FLIPAAA TULIPAAA!!!

Eso es lo que diría mi hija de 12 años si tuviera el mal hábito de leer las noticias y ver los informativos por TV, estos días. Me hace mucha gracia cuando lo dice con su sonrisa en los labios y su cara de sorpresa! Pero aún prefiere distraerse mirando películas de adolescentes, concursos y series infantiles y juveniles! Seguramente no le gusta la ciencia ficción ni el terror! Y es que la actualidad, cada día más, en Catalunya, España, Europa y el mundo entero es como un cuento inverosímil de ficción con dosis de terror…
Partidos políticos que se espían mutuamente para tener dossieres y chantajearse, un imputado de tantos que decide libremente y sin traba alguna ausentarse del país e irse a esquiar a 9.000 km de distancia sin que nadie se lo impida, alcaldes presuntamente corruptos que dimiten sin dar explicación, el Gobierno y su partido cuestionado por sus malas prácticas que pretende hacer una ley de transparencia y de buenas prácticas para imponerlo a los demás, la Casa Real presuntamente envuelta en un oscuro negocio de tráfico de influencias e intentando tirar pelotas fuera, los empresarios supuestamente motores de la economía se ven envueltos en escándalos de corrupción callan haciendo ver que a cada corrupto político le corresponde un corruptor a cambio de concesiones de dudosa licitación, ciertos hombres de Estado dando discursos ejemplares que no cumplen ellos mismos y culpando de irresponsable y culpable al ciudadano de a pie… Por otra parte, nada nuevo bajo el sol…

Mientras, el ciudadano aguanta perplejo y ve, día a día, como mengua su economía personal y familiar para soportar la presión fiscal que pague sus excesos y los del Sistema corrupto… De vez en cuando sí, una manifestación, donde puede expresarse ante la impotencia de lo que ocurre a su alrededor! Los medios que, lejos de arbitrar lo que sucede en la sociedad civil, utilizan su poder de difusión para defender los intereses de quien les paga, sin tener en cuenta el derecho a la información que tanto preconizan y que desoyen a favor de sus poderes fácticos. Tertulias previsibles en las que solo se debaten asuntos oscuros por parte de personajillos indocumentados que defienden su posición y la de los que obedecen a pie juntillas a quienes les pagan…
Y la calle sigue callando, perpleja, asustada y sobreviviendo cada día como puede! Ya casi nadie habla de crisis… lo que no significa que no exista, sino que es más importante al parecer hablar de asuntos propios de los gobernantes, sus corruptelas visibles y, en todo caso, algún asunto judicial que evidencia la falta de independencia del poder judicial! Y el ciudadano mudo y absorto ante tanta farsa y mala práctica, pero pagando esos excesos, los platos rotos… y sin atreverse a preguntar o exigir su derecho a la información de lo que paga su bolsillo, por ser -al parecer- anticonstitucional o políticamente incorrecto…

Me resulta difícil explicar a mi hija de 12 años qué está pasando y, sobre todo, aceptar que yo tengo algo que ver en todo ello, pues además de pagarlo, lo permito desde mi silencio como ciudadano. Sí es verdad que yo no me callo lo que pienso, ni engaño a mi hija explicándole que este mundo es maravilloso y que solo unos pocos actúan mal. Como tampoco dejo de insistirle que, a pesar de la herencia que recibe de nuestro mundo insano, corrupto y perverso, ella y yo lo podemos cambiar cada día siendo justos y honestos con nosotros mismos y con los demás, los que nos rodean! Y también le recuerdo que, mucho más allá o más acá, también existe un mundo interior y otro que nos acoge (aunque a veces nos incomode…) y un Universo aún mayor, que nos protege! Y que no hay mal que cien años dure y que todo tiene su principio y su final…

Mi hija aún vive su propio mundo, ese que está a medio camino entre la realidad y sus sueños… su corazón infantil y su mente ya casi adulta! Como quizás hago también yo! Pero ella deberá abandonar paulatinamente sus sueños y adentrarse en el mundo de los mayores, la cruda realidad que nos rodea, sin piedad! Para lograrlo deberá día a día -lamentablemente- dejar de ser tanto ella misma y adaptarse a lo que hay, abandonando sus sueños aún hoy de colores… aunque luego volverá a soñar, como yo lo hago ahora! En el camino hacia la madurez, aprenderá a protegerse, a desconfiar de ella misma y de los demás y a poner la cara adecuada a cada situación que viva, aunque le duela en el corazón! Estudiará, sin darse cuenta de que nadie le puede enseñar la sabiduría de la vida y qué es lo que le hará realmente feliz. Le enseñarán a comportarse como debe, pero deberá lograrlo sin hacerse daño a ella misma y sin abandonar del todo su corazón, cada día más escondido, aunque latiendo en su interior…

Y mi hijita algún día volverá a reencontrarse y a desandar el camino que ahora inicia hacia el personaje que se espera de ella! Y descubrirá que en su Alma siempre infantil siempre estoy y estaré yo, su amado padre, amigo, maestro y compañero en este camino! Y que para siempre estaré allí, con ella, aunque en silencio y respetando su propio camino… y ayudándole cuando quiera a entender este mundo irrazonable pero bello, que hay a nuestro alrededor, pero ya siempre sentido desde nuestro interior, encontrándole su sentido! Y que en nuestro interior está la felicidad… aunque antes de encontrarla haya de atravesar un largo, costoso y solitario desierto para madurar y aprender… y saber entonces reconocer el oasis interior cuando reaparezca!

En ese camino -largo o corto- de luces y sombras de su crecimiento, mi hija será capaz de ver que es más importante ser leal a sí misma, que a una idea o doctrina, otra persona, una filosofía de vida que los demás le impondrán sin vivirla y por pura demagogia; será capaz de vivir un mundo dentro de su propio mundo; verá cómo mucha gente desoye su voz interior y obedece solo al ruido exterior; verá con sus propios ojos situaciones injustas y casi surrealistas que todo el mundo critica, pero que nadie hace lo posible para cambiar; tratará con personas que le dirán que le quieren, imponiéndole su pensamiento único y sin respetar su libre decisión de vivir lo que desee vivir;  verá como los que más hablan son los que tienen menos cosas importantes que decir; sentirá alegría y dolor a partes iguales en su vida, aunque se le enseñará a esquivar el dolor, dejándolo oculto en su interior y provocándole sufrimiento; aprenderá que la verdad no es todo aquello que vean sus ojos, sino lo que sentirá en su corazón; conocerá lugares que sin sentido para ella son solo coordenadas en un GPS; vivirá momentos únicos e irrepetibles, que alguien le enseñará a desestimar porque estén fuera de sus planes de vida y expectativas de futuro; verá que los que más hablan del amor, son los que menos lo sienten desde su interior y ni siquiera lo viven como merecen…

Pero cuando al fin reaparezca el oasis que siempre ha soñado mi hija, lo hará sutilmente, sin grandes ruidos y aspavientos! Verá que no está fuera… sino que sale desde su interior, donde siempre ha estado y estará! Y se dará cuenta de que es siempre posible vivir su mundo en este mismo mundo, sin revoluciones ni contradicciones, porque verá que la armonía y el equilibrio los hallará en su corazón. Y verá que ha llegado a esta vida para darnos luz a los mayores desde su ilusión y su nueva manera de ver y de vivir el mundo. Y sentirá que esa luz dependerá de ella siempre y no de lo que hay a su alrededor. Y entonces entenderá con el corazón que su padre -o sea yo, con permiso- siente y vive lo que vive, intentando hacerlo cada día mejor y aportando lo mejor de sí mismo a este loco mundo que le hemos dejado en suerte y que espera también su personal aportación para cambiarlo y hacerlo aún mejor…
Y ese es el sino de cada uno de nosotros, desde que empezó la Humanidad y que el legado depende de lo que haga mi hijita con su vida para mejorar y cambiar este mundo, de su propia capacidad de luchar por la felicidad que sin duda merece! Y, si se da cuenta de esto, verá que se rodeará de personas que quizás la queremos en silencio, no le damos clases sobre cómo vivir y, en cambio, sí somos modelos de una vida sencilla, humana y honesta que todos tenemos derecho a vivir… a pesar de las mentiras que se dicen, las insensateces que se hacen en este mundo y de lo que vea con sus ojos en el exterior! Y sí, ellas, después de haberse tal vez perdido un tiempo, se reencontrará al fin con ella misma y con los que siempre la hemos querido por ser tal como es! Y se dará cuenta de que lo que le separa de su felicidad es solo el miedo a ser y sentir lo que siente en su interior!
Al fin y al cabo, eso es la vida, la de mi hija y la de cada uno de nosotros, desde siempre! Cada uno de nosotros vivimos lo necesario para aprender a vivir y así aprendemos el camino de vuelta hacia nosotros mismos, despertando de nuevo a nuestro niño interior! Y, sin duda, la vida vale la pena vivirla, con amor!
Escrito por Miguel Benavent de B.   

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