20.10.16

La vida se trata de vivir. Es algo más de práctica que de teorías.

LA ACCIÓN Y LA TOMA DE DECISIONES: 
El camino a la felicidad

Con el paso del tiempo uno va adquiriendo más conocimiento y va tomando conciencia de algo vital para la evolución y el aprendizaje correcto del ser humano, uno se da cuenta que las teorías no valen gran cosa. Racionalizan, nos animan a emplear la lógica, estructuran y definen. Sin embargo, esto no es la acción. Y sin la experiencia que nos da la práctica, no hay aprendizaje.

No lograremos nada si nos ceñimos solamente al pensamiento racional, lógico, deductivo. Podemos dar vueltas a una idea mil veces, ponerla de todas las formas, dibujarla de todas las maneras, quitarnos el sueño, amargarnos la vida…y en el fondo solamente será una idea, un pensamiento, aire en nuestra cabeza, vacío o vaho que no moja.

El pensamiento racional nos puede llevar hasta un determinado punto en el conocimiento de las cosas, por eso hay que desarrollar un pensamiento que va más allá de ese pensamiento racional y que se llama… INTUICIÓN.

ESE DON TAN DESCONOCIDO COMO POCO VALORADO Y QUE TODOS TENEMOS.


Los pensamientos y las ideas sin la acción no sirven de nada, se quedan en mero conocimiento teórico. Y ya sabemos que de la teoría a la práctica hay una gran diferencia, es decir no podremos saber si algo funciona hasta que probemos que funcione. Evidente sí… pero una evidencia que nos cuesta mucho aprender, nos gusta teorizar mucho, pero practicar muy poco.

También está la otra posibilidad, es decir la acción sin el pensamiento ni la idea clara, es sin duda peligrosa esta actitud pero al menos se obtienen resultados y conocimientos, los que sean, buenos o malos. Pero ambos nos serán útiles si sabemos manejarlos de la forma adecuada.

Hemos venido a experimentar (la única forma de integrar conocimientos), sin embargo nos escudamos tras la comodidad muchas veces; represente ésta la felicidad o no. Todos los días veo personas que me comentan que no son felices con la vida que llevan y cuando las animo a que tomen decisiones, hagan cambios, se echan atrás, unas por miedos absurdos y la gran mayoría por comodidad, se niegan a salir de esa mal llamada “zona de confort”, que curiosamente en el momento actual es la menos confortable para muchos seres humanos.

Hay que arriesgarse y probar. Ir a la fuente original de las cosas. Que no te lo digan, que lo sientas tú.

No queda otra, pues la experiencia de los demás no sirve como experiencia propia, nos puede servir de referencia nada más.

Aquí radica el verdadero sentido de la vida y el de la búsqueda de la felicidad, pues de eso precisamente se trata la vida: de hacer las cosas, no de esperar que alguien te diga que hacer. De disfrutar sin que alguien te diga qué puedes o qué no puedes disfrutar. De no vivir bajo preceptos establecidos ni bajo reglas obsoletas.

La vida se trata de vivir.
Es algo más de práctica que de teorías.



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