31.1.18

Y cree que puede volar. Volar sobre la tierra y el mar.



EL NIÑO QUE QUISO VOLAR Y...VOLÓ


Desde el acantilado, donde el viento cincela
con su beso amoroso o su grito discorde,
donde el mar acaricia o golpea la piedra,
allí donde cada historia tiene su horizonte...

un pequeño que observa el vuelo de gaviotas
y le pregunta al aire :”¿Quién sostiene las estrellas?”
mira con la inocencia que no conoce derrotas
y se maravilla de todo, pues todo es la belleza.


Y cree que puede volar.
Volar sobre la tierra y el mar.
Pulsar las cuerdas del aire.
Volar que es vivir, que es amar.
Extender los brazos, extender las alas,
sentir el abrazo en cada alborada,
renacer en el viento...y volar por volar.

Y vive su mente en cada pensamiento
liberando en el cielo todas sus creaciones.
Se nutre del aire , de las raíces del viento
dibujando las ondas, transformando ilusiones.

Y se refleja el niño en el canto del ave
y en él se convierte pues crea su vuelo
y con sutileza encuentra la clave
que abre los ojos y despierta del sueño.

Y sabe que puede volar.
Volar sobre las nubes y el mar.
Creando mandalas en el aire
y atrapasueños que protegerán
a aquél caminante que cuenta sus pasos,
corazón errante, huérfano de abrazos
que extiende sus alas para al fin volar.

A.BARO



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