28.8.23

Hay unas encrucijadas que nos permiten elegir si bailamos o nos quedamos soñando

LA VIDA SE VA MIENTRAS SUEÑAS CÓMO VIVIRLA

La vida se va. No te das cuenta, pero se escapa.

Se desvanece por el sumidero de tus miedos mientras inventas excusas para seguir esperando que algo pase y ponga en marcha el mecanismo que lo activa todo. El mecanismo solo lo pones en marcha tú y, a veces, no es haciendo nada sino dejando de hacer o diciendo no a algo que te destroza por dentro.

Se cuela entre las facturas pendientes y el temor por no poder pagarlas. Se filtra entre las expectativas rotas y los amores falsos que parecían tan auténticos que solo con pensarlos duelen con demasiada intensidad.

La vida se pierde esperando trenes y tomando cafés que esperamos que nos den el empuje para tener esas conversaciones complicadas que postergamos. Se consume mientras miramos la pared tragándonos las lágrimas para no reconocer que nos han roto por dentro y nos hemos dejando romper. Mientras esperamos ese mensaje de whatsApp que nunca llega que nos haga seguir creyendo que importamos.

La vida se rompe en pedazos, se cae al suelo y va rodando hasta la casa del vecino mientras tú esperas tener fuerzas para vivirla. Mientras buscas el valor para atravesar tus miedos, que se hacen enormes y se montan sucursales en todas las facetas de tu vida. Mientras te crees uno de esos pensamientos catastróficos que te mienten e insisten en recordar que no vales nada.

La vida se despeña por el barranco del «qué dirán» o el «es que no me atrevo» y se nos pierde de vista cuando dejamos pasar los días y los meses sin dar respuesta a las preguntas pendientes. Cuando sabemos que algo nos espera para poder empezar o acabar y decidimos no decidir.

La vida se parte en dos cada vez que miramos a otro lado y no elegimos camino, porque es imposible no elegir en realidad. Porque cada vez que eludimos tomarle las riendas y responsabilizarnos de ella, estamos dibujando un escenario nuevo y empezando a caminar por él. Es el camino de no quise, no supe, no me dio la gana, no tuve fuerzas, me venció del miedo, no me interesaba suficiente ni para dar la cara y decir que no.

En cada esquina hay una nueva encrucijada que nos permite elegir si bailamos o nos quedamos en un rincón soñando y escuchando la música viendo bailar a otros. Si somos líderes o seguidores, si somos nuestra luz o nuestra oscuridad.

Porque la vida pasa de largo cuando no se la vive y dibuja nuevas oportunidades una y otra vez. Nunca se demora para esperarte. Si no escoges tú, lo hace ella por ti. Si no la surcas, te surca. Si no la devoras, te devora. Si no la vives, te vive.

La vida se va mientras sueñas cómo vivirla.

Mercè Roura

https://mercerou.wordpress.com/2023/08/28/la-vida-se-va-mientras-suenas-como-vivirla/  

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