13.9.23

Algunas personas no te dicen nada, pero cuando las necesitas, están.

ALGUNAS PERSONAS…                         

Siempre hay personas compartiendo el camino contigo.

A veces, la experiencia duele mucho. A veces, es maravillosa. Y siempre, siempre se aprende de ellas…

Algunas de esas personas te dan la mano y otras quieren romperte las piernas para que no llegues a dónde ellas no creen poder llegar.

Algunas te chantajean para atarte o poseerte y otras te recuerdan que eres libre siempre de elegir. Unas te muestran cómo permanecer a pesar de la adversidad y otras cómo marcharse.

Muchas te dicen qué tienes qué hacer y cómo.

Pocas te recuerdan que tu vida es tuya y saben estar cerca sin amedrentar ni juzgarte.

Algunas te enseñan a decir «no» o «basta» a base de ya no poder soportar cuanto te invaden. Otras te lo dicen a ti.

Hay personas que te enseñan que reconocer tu dolor y tu miedo no te hace frágil. Otras te hacen aprender que no pasa nada en realidad por ser frágil un rato y asumir cierto grado de rotura para poder crecer…

Hay personas que jamás se abren a ti porque tienen demasiado miedo. Hay personas que se abren tanto que te asustan.

Hay personas que te sujetan y otras que te empujan. También hay quien se queda quieto mientras te ve caer como si nada le importara porque está demasiado destrozado por dentro y asustado intentando mantenerse en pie aunque finja que todo está en orden en su vida.

Las hay que te dicen que te quieren y no lo demuestran, mientras que otras no dicen nada, pero cuando las necesitas, están.

Hay personas que huyen cuando las cosas se complican y la situación requiere un poco más de empatía y colaboración. Y hay otras que cuando la oscuridad es rotunda y absoluta te susurran palabras de amor y te dan la mano.

Hay quien te enseña a amarte a ti mismo con su desamor e indiferencia. Hay quien lo hace con inmenso cariño y respeto.

Algunas personas quieren protagonizar tu vida y monopolizar tu atención y otras tan solo quieren estar un rato en ella para divertirse, cuando tal vez tú las quieras para siempre.

Las hay incondicionales y las hay condicionadas…

Hay quien te rompe por dentro y hace que te encierres más en ti. Y quien del zarpazo consigue destrozar tu coraza y ayudarte a descubrir todo lo que llevas dentro.

Hay personas que tan solo están y ya basta porque te abren el mundo y te reconfortan.

Hay personas que cuando están sientes que te marchitan.

Algunas te llenan. Otras te vacían. Algunas arañan. Otras acarician.

Y todas, absolutamente todas, lo hacen con tu permiso. Lo sepas o no. Duela o no. Te moleste o no leer esto. Y no es tu culpa, ni mereces ningún reproche por ello. Haces lo que puedes y ya está. Haces lo que sientes hasta que te das cuenta de que puedes escoger dejar de verte a través de la mirada de los demás y de responder a sus expectativas. Hasta que empiezas a decidir que no quieres perderte tú por no perderlas a ellas o evitar que se marchen.

Todo, absolutamente todo es en realidad un invitación a quererte, a perdonarte y a perdonar. Porque todas ellas igual que tú están aprendiendo a caminar y muchas veces tropiezan y van a tientas.

Cada arañazo que recibes es una invitación de la vida a darte cuenta de que en realidad no necesitas que otros te valoren ni te acepten para estar bien contigo. Aunque te encantaría que sucediera…

Cada beso que alguien te da es un recuerdo de que tú también puedes darte cuenta de tu valor y abrazarte.

Cada paso es una oportunidad para dejar de esperar que los demás te den lo que necesitas y decidas dártelo tú.

Mercè Roura

https://mercerou.wordpress.com/2023/09/11/algunas-personas/

 

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