HACER COSAS ESTÁ MUY BIEN…
… DEJAR DE HACER
OTRAS, ES TODAVÍA MEJOR
Decir que todo lo que haces produce felicidad o la
anula puede sonar exagerado a primera vista, pero encierra una verdad
sobre la naturaleza humana. Cada pensamiento, cada palabra y cada acción dejan
un rastro en nuestro sistema nervioso, moldeando poco a poco el terreno
emocional sobre el que nos movemos.
A menudo pensamos que la felicidad depende de las circunstancias, del azar o de la compañía, pero la evidencia científica sugiere algo distinto: alrededor del 40 % de nuestro bienestar depende directamente de nuestras acciones cotidianas. Solo un 10 % está determinado por factores externos —riqueza, salud, entorno—, y el restante 50 % proviene de predisposiciones genéticas y rasgos de personalidad.



