18.2.14

Aprender, vivir fluyendo sin miedo y aceptar lo que venga con esperanza de que tiene su propio sentido

LA VIDA ES UN PUZZLE

Si la miramos bien, la vida no es más que un siempre sorprendente puzzle! Día a día vamos colocando nuevas piezas, aunque la mayoría de veces no seamos conscientes de ello y no seamos capaces de ver que cada una encaja en una totalidad, que desconocemos…

Como un gran crisol de piezas aparentemente inconexas, día a día vamos tejiendo nuestra vida… y acercándonos o alejándonos paulatina y momentáneamente de nuestro Destino, ese que merecemos y que cada uno va definiendo en su camino hasta llegar hasta él. A esa meta a la que todos sin duda llegaremos -hagan falta las vidas que sean- porque no es más que la razón para haber nacido y vivido.
Pero, aún llegando al mismo Destino, cada uno elije su propio camino y si en él habrá más felicidad que infelicidad, aunque la vida contiene razones y circunstancias que propician ambas, por igual…

Si miras atrás, puedes ver como cada persona, momento y lugar tienen su propio sentido en tu vida, aunque no coincida necesariamente con el que nosotros le diéramos en su momento, pues seguramente éste estaba condicionado por nuestras circunstancias, muchas veces efímeras o interesadas en convencer a nuestra limitada mente, que solo busca la confortabilidad y la seguridad. Solo puedes entender cada paso con la suficiente perspectiva desde arriba, con la libertad que da sentirlo desde dentro, la Conciencia de nuestra realidad.

Mirar desde dentro -o desde arriba, como quieras entenderlo- nos permite ser libres ante las circunstancias pasajeras y volátiles que nos condicionan. Y en esa visión estroboscópica y privilegiada podemos descubrir día a día el sentido profundo y auténtico de nuestra existencia, que poco o nada tiene que ver con nuestros planes y expectativas solo humanas y terrenas. Pero es difícil esa perspectiva global sin tener algo que la aliente y nos ayude a transitar por nuestro día a día como es la confianza. Porque la confianza genera paz, algo imprescindible para surfear por los acontecimientos de nuestra vida…


Así, cuando miro atrás veo que hay una linea argumental que da sentido a todas y cada una de mis decisiones, ya sean aciertos o errores. Cada uno de ellos teje mi propio camino que me lleva a la vida que merezco, sin más. Solo puedo, desde la libertad y el amor (¿la confianza, al fin y al cabo, no es amor, también?), vivir la felicidad o el sufrimiento en mi vida, pues eso depende de mi actitud ante los acontecimientos. Todos tenemos oportunidades en nuestra vida para ser felices o infelices, pero en nuestro interior sabemos que no hay nada permanente en nuestra vida y solo el cambio constante lo es…o sea que todo pasará!

Seguramente aludo a conceptos demasiado abstractos como la libertad, la confianza o lo que merecemos en nuestra vida que son difíciles de explicar y, más aún, de aplicar en nuestra vida ordinaria. Seguramente deberemos añadir uno que también nos cuesta entender y aplicar como es la paciencia. Paciencia y confianza se unen para entender y vivir aquello que merecemos, pero que seguramente debemos estar convenientemente preparados para aceptar. Alguien dijo que la suerte es la combinación de preparación y el momento oportuno. Solo podemos prepararnos viviendo todo tal como llega y aprendiendo lo que hay que aprender para, en algún momento, estar preparados para ver y entender la oportunidad cuando llega. Por eso la atención -ajena al ruido que nos rodea- es otro elemento imprescindible. La persona, el momento o el lugar adecuado no avisa cuando aparece, aunque siempre hay señales -que sentimos en nuestro interior, si estamos bien despiertos- que nos dan pistas para actuar…

Quizás el único logro real en mi vida hasta ahora es haber conseguido confiar en que todo tiene su sentido y mi único deseo es ser capaz de tener paciencia y estar realmente atento para saberlo encontrar y apreciar, cuando llegue ese momento en que aparezca lo que merezco. Y tal vez aceptar que tengo toda una vida por delante para que aparezca, siempre y cuando no caiga de nuevo en el error de forzar las situaciones sin fluir con ellas y no tenga la tentación humana e irrefrenable de fabricarme una vida hecha a medida y basada en mi parcial realidad, como solemos hacer gran parte de nuestra vida…

Aprender, vivir fluyendo sin miedo y aceptar lo que venga con esperanza de que tiene su propio sentido que algún día se me desvelará, ya es en sí la mejor manera de vivir con esa paz, esa confianza y esa libertad que necesito para ser feliz, cada día. Si además me doy cuenta de que la felicidad son momentos en este camino y no un lugar a donde hay que llegar, habré entendido la vida en su esencia y la viviré como algo que merece la pena vivir y, a la vez, compartir…

Pero te recuerdo que nadie sabe cuánto vivirá… o sea que vale la pena intentar vivir de esta manera lo antes posible, preparándonos cada día para vivir lo mejor, eso que merecemos y siempre habíamos soñado para nuestra vida, en cuanto surja cada nueva oportunidad!

Escrito por Miguel Benavent de B.   


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