27.3.17

Nos privamos de la oportunidad de aprender de nuestras experiencias.

OLVÍDATE DEL DEBER SER Y VIVE LA VIDA QUE QUIERES VIVIR


Ser tu mismo en un mundo que constantemente está intentando

convertirte en alguien más, es un gran logro.”

Ralph Waldo Emerson


Hubo un tiempo donde “lo tenía todo.”
Cursaba mi décimo año como profesora en una pequeña escuela rural. Vivía con mi marido y con mi hija en una casa en el bosque. La vida era una rutina, predecible y segura. Hicimos planes para arreglar la casa y teníamos bastante claro que trabajaría en la escuela hasta que me retirara. Sin embargo, dos cosas se interpusieron en nuestro camino.
Primero, tenía una sensación de inquietud constante. Mi trabajo se fue poniendo progresivamente más estresante y resentía el hecho de que no se valorara mi compromiso.  
Llegaba a una casa que requería de atención constante. Trabajar en el jardín no me traía más satisfacción que pasar horas en la sala de clases corrigiendo ensayos. Comencé a procrastinar en ambas áreas, lo que sólo aumentó mi nivel de estrés.  
Y luego comenzamos a navegar. El día que estrenamos nuestro velero en el Lago Huron, todo cambió. Amábamos ese pequeño espacio. Amábamos a la comunidad marina. Amábamos viajar.

Lo amábamos tanto que vivimos en el extranjero durante 3 meses en el verano del 2012. Al final del verano, físicamente volví a mi trabajo, pero mentalmente estaba a miles de kilómetros de distancia, aún navegando sobre el mar.
Ahí fue cuando decidimos mudarnos. Mi décimo año enseñando en la escuela rural fue el último año que viví en una casa.
Embalamos todo lo que cabía en nuestro Volvo y manejamos hacia el norte, donde comenzamos una nueva vida. En agosto del 2014 cambiamos nuestro apartamento por un velero más grande llamado “Rompe la tradición”.
Rompimos con el guión que todo el mundo siente que tiene que seguir si quieren ser “exitosos”. No somos dueños de ninguna propiedad. Tomamos nuestras duchas en casas de baño, no tenemos un horno y mi esposo y yo dormimos en un camarote.
Y aún así, nunca hemos estado más felices. En vez de tener que trabajar sobre la casa o el jardín caminamos sobre muelles. En vez de pasar días completos dentro de la casa, nos sentamos en la popa del velero y conversamos con nuestros vecinos. Todo el mundo tiene galletas en sus botes por si mi hija decide visitarlos.  
Tu sueño puede que no sea vivir en un bote. De hecho no hay nada de “malo” en disfrutar de las comodidades que provee una casa. Sin embargo, es posible que las convenciones que aceptamos por ser “como deberían ser las cosas” muchas veces nos limitan. ¿Hay algo que estés haciendo sólo porque “debes” hacerlo?
Aquí hay algunas cosas que he aprendido al elegir una vida fuera de la norma:

1. Repiensa lo que es el “éxito.”

La lección más hermosa que aprendí en nuestra travesía es que hay que preguntarse acerca de todas las cosas que pensamos que necesitamos para poder ser exitosos.
Éxito” es un término arbitrario, que no tiene un significado en sí mismo. ¿Cuál es el sentido de ser “exitoso” si el costo es nuestra propia felicidad? Pasar menos tiempo trabajando y preocupándose por cosas materiales nos otorga mucha libertad y libera mucha energía que podemos dedicar a cosas que realmente nos importen.

2. No seas esclavo de la “seguridad”.

He conocida a tanta gente que vive vidas mediocres sólo porque piensan que su situación es “segura”. Sin embargo eso es una ilusión. Cualquiera puede perder un trabajo en cualquier momento, y limitar tu experiencia sólo para evitar esto no tiene ningún sentido. Confía en tus propias habilidades para resolver problemas, en vez de permitir que el miedo te detenga de tomar riesgos.

3. Gasta tu energía en cosas que te importen.

¿Te gusta vivir en la ciudad? ¿Amas estar conectado al computador? ¿Te gusta pasar más horas en el trabajo que en casa? Son todas cosas válidas, pero cuestionate si realmente vale la pena invertir toda esa energía en estas cosas. Simplemente no hagas las cosas sólo porque se supone que uno debe hacerlas.
Esta es tu vida, y no hay nada que debas hacer. Todo es una elección, incluso cuando piensas que no lo es.

4. No le temas al cambio.

Amaba mi trabajo como profesora en el norte cuando empecé. Y eso hizo que fuera aún más difícil irse. Muchos de nosotros vemos nuestra situación actual como algo permanente, cuando lo único que nos garantiza la vida es el cambio.
Dejé la casa, pero eso no significa que vaya a vivir en mi bote para siempre. Fluye con la corriente en vez de resistirte a ella. Prepárate para seguir moviéndote cuando llegue el momento.

5. Ve el juicio por lo que es.

Cuando hagas algo diferente es muy probable que te critiquen. Pero entiende que las palabras de otras personas tienen la importancia que tú les das. Cuando alguien critica o enjuicia tus decisiones, sólo están mostrando su propia incomprensión. Seguramente no tiene tanto que ver contigo como tiene que ver con sus propias inseguridades.

6. No le tengas miedo al fracaso.

Al igual que el “éxito” el “fracaso” es sólo un término arbitrario que no tiene significado. La prueba y error es la forma inherente en la que aprendemos, por lo que cometer errores es inevitable.
Cuando vemos la maldita palabra “fracaso” en nuestros errores, nos privamos de la oportunidad de aprender de nuestras experiencias. Puede que las cosas no resulten como lo habíamos planeado, y puede que cambies tu curso en la medida que avances. Todo esto es parte del proceso y no hay nada de qué preocuparse.
Via: Tiny Buda

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