2.5.17

Aprender a descubrir la maravilla escondida en esos momentos cotidianos

MOMENTOS MARAVILLOSOS QUE NO DISFRUTAMOS



Cada día de vida encierra momentos maravillosos de los que no siempre somos conscientes. Un día de los que llamamos “normales” está lleno de situaciones llenas de significado y que a veces convertimos en rutinas sin sentido cuando no pasamos por ellas con los sentidos cerrados.

Felicidad es una palabra tan grande que parece evocar solo a los grandes acontecimientos o logros. Así, como esos instantes no son frecuentes, pensamos entonces que tal felicidad se sirve de manera espaciada en dosis muy grandes, solo así. Sin embargo, puede que estemos equivocando el enfoque. 

Quizás la felicidad no está en lo extraordinario, sino en muchos momentos cotidianos que a veces dejamos pasar sin más.

La grandeza de una persona se puede manifestar en los grandes momentos, 
pero se forma en los instantes cotidianos”.
-Phillips Brooks-

Cualquier día de tu vida está repleto de pequeños milagros. Sin embargo, parece que por cotidianos o por predecibles no tienen derecho a contar. En cambio, enfocados desde otra perspectiva tienen el poder de transformar la vida en una cadena de instantes mágicos. Enseguida te presentamos un inventario de esos hechos maravillosos que están ahí todos los días, al alcance de tu mano.

El primero de los momentos maravillosos: despertar a un nuevo día

Casi nunca nos detenemos a pensar en lo corta que es la vida. Dentro de los millones y millones de años que tiene el universo, a nosotros nos corresponde solo una ínfima parte que, por lo general, está entre 60 y 80 años. Parecen muchos, pero en verdad son muy pocos. Y buena parte de las personas solo caen en la cuenta de ello cuando queda poco tiempo para el fin.

Cada día de vida es en realidad un pequeño milagro. Si despiertas bajo un techo y puedes incorporarte para comenzar una nueva jornada eres muy afortunado. Hay muchos que no tienen ese techo, o que no pueden levantarse de la cama. Tienes la vida, tienes una vivienda para resguardarte y la salud necesaria para ponerte en pie. Son hechos maravillosos que no deberías dejar de reconocer.

Comer y nutrir tu cuerpo

Comer es mucho más que poner alimentos en tu boca. Desde tiempos inmemoriales la comida es también un acto de concordia, de paz. Un evento en el que muchas culturas invocan a su divinidad para darle gracias. Un momento para compartir con todas aquellas personas que son importantes para ti.

Comer es también un placer sensual. Involucra tu vista, tu tacto, tu gusto, tu olfato y a veces también tu oído. Por más humilde que sea una cena, siempre involucra una suerte de dicha, porque significa llenar una carencia. Comer en la mesa con otras personas puede ser uno de esos maravillosos placeres que pueden estar ahí, en tu día a día, y que sin embargo no aprecias.

Mirar a una persona que amas

Cuando la muerte nos quita a los seres que amamos descubrimos que tal vez dejamos pasar muchos momentos a su lado, sin darles la importancia que merecían. Es bueno que cada día de la vida recordemos que tenemos personas a las cuales amar y que el tiempo que tenemos junto a esas personas es limitado.

Verlas con vida es por sí mismo un regalo, una de esos instantes maravillosos que a veces dejamos pasar. Si tomas apenas un par de minutos para mirar a esa persona, para hacerte consciente de todo lo que sientes por ella, te darás cuenta de que tu existencia está llena de sentido y que el amor es un obsequio que la embellece.

Trabajar para aportarle al mundo

El trabajo es el espacio en el que tienes la oportunidad de ser productivo. No importa que se trate de un oficio humilde o no muy notorio. Trabajar es una muestra de carácter, de honradez y de decencia.

En el trabajo se generan varios de los momentos más maravillosos de la vida. Incluso, si no estás a gusto con él, tolerar la rutina y cumplir con tus deberes le dan brillo a tu carácter y sentido a tu existencia. También desde allí diseñas y rediseñas tu proyecto de vida, por eso tiene un gran valor, tanto para ti como para la sociedad en general.

Dormir para soñar

Solo quien ha padecido de insomnios interminables sabe que dormir es un lujo que no todo el mundo puede darse. Dormir profundamente es de verdad un placer indescifrable. Una forma de autocuidado que tiene un equilibrio frágil y que, a la vez, está en la base de una buena salud.

Cuando puedes dormir y sueñas, tus emociones se equilibran, tu cuerpo se renueva y, de hecho, te vuelves más inteligente: asimilas con mayor facilidad los nuevos contenidos y fijas lo que aprendiste en la jornada anterior. Poder dormir también es uno de esos pequeños milagros cotidianos a los que no siempre les damos el valor que tienen.

Como ves, cada día está lleno de momentos maravillosos. Que muchas personas los desprecien y los ignoren no significa que no tengan en sí mismos un gran valor. Quizás, si aprendes a descubrir la maravilla escondida en esos momentos cotidianos también aprendas a hacer de tu vida algo más que una rutina. Esa que lejos de grabarse en tu memoria deja la misma huella que el viento en calma en el rostro.

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Fuente:
https://lamenteesmaravillosa.com/5-momentos-maravillosos-estan-ahi-todos-los-dias/

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