26.7.17

Cada mañana estiro los brazos hacia los límites extremos del mundo


VUELVO A LA VIDA 
Veo correr las estaciones
mientras siento la tierra bajo mis pies.
Veo desgranarse los terrones
y el sol derretirse como la miel.

El viento que sacude mi figura
arrancando sonidos al atardecer
y en mi estática singladura
recobro la vida cada vez...

Cuando la luna aparece
y se perfila en la noche
como la eterna vigía
que vierte con derroche
las luces que florecen
cual luciérnagas tardías
y entonces vuelvo a la vida.


Cada mañana estiro los brazos
hacia los límites extremos del mundo
mi mirada entonces bajo
mientras el sol sigue su rumbo.

Pero es mía la noche,
de mi destartalada y eterna figura.
Me prestan sus alas los gorriones
y así recorro la tierra.

Cuando la luna aparece
y se perfila en la noche
como la eterna vigía
que vierte con derroche
las luces que florecen
cual luciérnagas tardías
y entonces vuelvo a la vida.

Veo correr las estaciones
sujeto a mi atalaya, un viejo palo.
No espanto y vivo entre las flores.
Que me temen simulan los pájaros.

A.BARO




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