30.4.19

La vida tiene planes mejores que tus planes y tú puedes decidir

A MÍ TAMBIÉN ME TOMARON EL PELO…

A mí también me dijeron que fuera fuerte y peleara por todo… Que esto era una lucha feroz y que si me esforzaba mucho conseguiría lo que soñaba…

También me contaron que debía hacer sin parar y no detenerme nunca, ni para tomar impulso… Que si dejaba de hacer y de esforzarme nunca conseguiría nada y el mundo iba a despreciarme… Que tenía que ganarme el respeto y el derecho a ser y que para ello debía demostrar cada día, sin fiestas, sin domingos, sin aliento.

Me contaron que tenía que ser buena persona y que pensar en lo que yo necesitaba era egoísmo puro… Que necesitar era de débiles y que si no te escuchas al cuerpo cuando duele, al final se cansa… Que esto iba de tragar vida y engullir lo que hay a tu paso sin permitirse dudar.

Me dijeron que, si era la primera, llegaría lejos… Que no había más opción que ser la mejor… Que no me diera tregua y me dedicara a trabajar al máximo… Que el ocio era un desperdicio de tiempo y que el silencio era algo terrible a evitar a toda costa…


Y pensé que si corría suficiente en dirección contraria a mis miedos, acabaría por esquivarlos, por dejar de tener que vivirlos… Que si era capaz de burlar al destino, no tendría que repetir errores aunque fuera incapaz todavía de comprender porque lo eran.

Me explicaron, entiendo que por mi bien o eso pensaba, que si no aceptaba la realidad podría construir una propia a medida… Y que si cedía y daba la razón los demás me verían como alguien vulnerable e incapaz…

Alguien me contó que podía con todo, que debía hacerlo todo y respirar sin pausa para seguir siempre, pase lo que pase…

Alguien me dijo que buscara sin parar, siempre, todas las respuestas, porque eso me daría ventaja en esta dura competición…

Alguien me pidió que acumulara sin pensar porque tenía que estar segura, que debía tenerlo todo previsto, que debía preocuparme por todo y jamás perder el control de nada.

Me enseñaron que sufrir tiene premio y te libera de culpa, que es necesario para ganarse el cielo y el pan… Que nada es nunca fácil y que todo será peor si no finges que no te importa y haces lo que hacen los demás.

Me susurraron que yo valdría lo que valen mis resultados, que yo era mis resultados. Y me grabaron a fuego que no confiara en nadie ni en nada… Ni siquiera en mí. Y eso me hizo sentir pequeña, desamparada, desvalida, incapaz, avergonzada, miserable, desheredada, culpable, rabiosa, enfadada, triste y asustada, muy asustada.

Y no era cierto nada… No lo es al menos para mí… Me engañaron como les habían engañado a ellos porque pensaron que era lo mejor…

Porque esto no va de lucha sino de pasión… De amor…  De hacer lo que sientes que debes con amor y sin arrastrarse ni sentirse obligado. De hacer lo que amas y aprender a amar lo que haces…

Va de saber qué dirección quieres tomar, pero permitirse el error y la duda. Va de ir acompañado y no de llegar el primero. Va de compartir y ser tu versión mejorada, no mejor que nadie…

Va de parar y perderse en el tiempo para encontrarse… De escucharse y contarse historias hermosas, notar qué te cuenta el cuerpo y amarlo. Va de detenerse a respirar y de despojarse de todo, de darse cuenta que no puedes controlar nada, que nada es y jamás será seguro y vivir con esa deliciosa incertidumbre hasta que un día te levantas y es tu mayor certeza… Y tu preocupación se esfuma porque te has dado cuenta que la vida tiene planes mejores que tus planes y tú puedes decidir pero tienes que ser flexible porque no sabes nada…

Y ves claro que no puedes  huir de tus miedos porque eso hace que tú seas tus miedos… Que hay que sentirlos, abrazarlos, vivirlos y comprender que estás por encima. Que hay que observarlos como pensamientos locos y darte tregua, que hay que tiritar con ellos y descubrir que no eres ellos… Que hay que dejar de necesitar cambiar la realidad para ser feliz y estar en paz, aceptarla y amarla para así empezar a transformarte…

Que eres responsable de tu vida y culpable de nada, nunca, por más que pese y duela…

Te das cuenta que sufrir es inútil, aunque te enseña a vivir cuando ese sufrimiento es tan intenso que nada compensa nada y te permite despojarte de todo porque ninguna máscara lo hace soportable.

Y notas que llueve y no pasa nada. Y sabes que no llegarás primero y no importa porque estás bien acompañada… Por ti… Porque ahora sabes que la respuesta que buscabas es el amor que sientes por ti. Un respeto inmenso que no surge gracias a ninguna medalla, ningún logro, ningún resultado, ningún marcador ni posesión que ahora tengas... Porque ya eres y siempre has sido, incluso antes de empezar este camino que te dijeron que era una carrera y eso te impidió irte parando a contemplarlo y sentirlo…

Y no puedes con todo, no porque no seas capaz de superarte, sino porque no hace falta que cargues con nada, que arrastres nada ni resistas ninguna embestida…

Y ahora sabes que la única forma de estar en paz y seguro es contemplarte vulnerable  y descubrir tu verdadera fuerza… Y esa fuerza solo sale de dentro cuando te permites caer y te quitas la máscara y dejas de ser el personaje y aceptas tus debilidades y fortalezas… Cuando amas tu oscuridad y besas la realidad para empezar a cambiarla desde dentro… Y cuando callas, por dentro y por fuera, cuando escuchas ese silencio maravilloso que hay en ti y permites el vacío y la nada… Y entonces, dejas que algo increíble pase y algo increíble pasa.

Cuando amas esto que eres y lo que es… Y cuando confías, sobre todo en ti.
¿Y si lo que pasa es que debes dejar buscar y empezar a encontrar? ¿Y si lo que sí puedes controlar es cómo reaccionas a lo que te pasa en la vida y no a la vida misma? ¿Y si la actitud que tienes ante todo te conduce a estar en paz?

Y ya has encontrado, estuvo ahí siempre. No lo viste porque estabas ocupado siendo esa persona que te dijeron que debías. Haciendo lo que hacen los que compiten con el mundo esperando ser mundo… Viviendo lo que viven los que no viven esperando otra vida… Sintiendo lo que sienten los se condenan a ellos mismos a no sentir nada…

Ahora ves claro que tienes que soltar porque no puedes seguir llenando tu vida de por si acasos, de trastos viejos y recuerdos rotos, creencias rancias que te impiden vivir como mereces… Que tienes que permitirte lo que deseas y que pensar en ti porque eso no es ser egoísta sino coherente porque para dar lo mucho que hay en ti y para compartir tienes primero que darte y comprometerte contigo.

A mí también me tomaron el pelo con la mejor intención pero ha llegado el momento de dar la vuelta, de parar, de sentir, de decir no a lo que es no y sí a lo que es sí…

Es el momento de dejar de ser sumiso para que te acepten y te amen…
De dejar de hacerse el rebelde para que comprendan que no les sigues el juego…
De dejar de mirar a otro lado para no verles y fingir que les ignoras…
Es tu momento. El de ser y vivir.

Y los sueños, los sueños importan pero tú importas más. Deja de perseguirlos y siente que los mereces a ver qué pasa y si no pasa, sigue mirándote con el amor que eres, con el respeto que mereces.

Aunque ni siquiera esto que te digo es nada, porque es lo que he vivido y aprendido, pero mi camino no es tu camino. Y tampoco sé casi nada… 
Todo está en tus manos.

Mercè Roura

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