24.7.23

El ahora se vislumbra cuando experimentas algo que la mente no puede crear

LA SABIDURÍA DEL AHORA             

Está incrustada en la existencia misma. La ilusión de que podemos existir sin ella debe ser descartada

Querer vivir en el presente es algo que muchas personas encuentran frustrante. Se les dice que la vida se renueva en el momento presente, que la carga del pasado disfraza la alegría que siempre está disponible en el presente.

El problema es que estas hermosas promesas son difíciles de traducir a la experiencia personal. Es preciso sondear un poco más profundo para ver lo que realmente se necesita. Hay sabiduría en el ahora que no se revela a la mente.

Es la mente la que encuentra el momento presente tan esquivo. Constantemente ocupada con pensamientos, sentimientos y sensaciones, la mente da la impresión de que ya está presente. Esto es una ilusión.

Considera la luz que nos llega desde galaxias distantes. Mirando el cielo nocturno, esta luz parece estar brillando aquí y ahora, pero, de hecho, la luz de las estrellas tardó millones de años en llegar a la Tierra, por lo que la luz que ves en realidad tiene millones de años.

Sorprendentemente, lo mismo es cierto de lo que ves en este momento. En el brevísimo tiempo que tardan los fotones de luz en viajar desde la retina hasta la corteza visual del cerebro, se produce un retraso. En efecto, estás viendo el pasado, como cuando miras las estrellas. Lo mismo es cierto para los otros sentidos también.

El auge y la caída de la percepción trae consigo un retraso en el tiempo. Del mismo modo, el ir y venir del pensamiento es en realidad solo una impresión de estar presente. La gran mayoría de los pensamientos requiere una interpretación, lo que sitúa el pensamiento aún más en el pasado. Considera cómo un pensamiento como “tengo mucha hambre” puede persistir durante horas hasta que tenga la oportunidad de comer.

Sin embargo, en realidad estás presente en tu mente, el lugar interior donde estás presente escapa a tu atención. Este lugar es la brecha silenciosa entre los pensamientos.

Un pensamiento es transitorio, sube y baja como una ola en el océano. No obstante, el océano siempre está presente, al igual que el fondo silencioso de la conciencia que vislumbras, por una fracción de segundo, entre pensamientos.

Si te sumerges en esta brecha silenciosa, que es el propósito de la meditación, la conciencia que experimentas está en el momento presente. El silencio no tiene malos recuerdos, heridas, traumas ni condicionamientos de tu pasado. Por lo tanto, puede estar presente.

El silencio es continuo y nuevo al mismo tiempo. La novedad proviene de las posibilidades creativas que contiene la conciencia humana. No todas estas posibilidades son nuevas. Cuando tu mente entregue su próximo pensamiento, con toda probabilidad repetirá o se parecerá a un pensamiento pasado.

Los hábitos de pensamiento son la principal razón por la que no experimentamos el momento presente.

Tu cuerpo no tiene ese problema. Las células siempre están presentes, tienen que estarlo para sobrevivir. Tus células no almacenan un suministro de oxígeno y nutrientes por más de unos pocos segundos. Dependen de nutrirse sin preocuparse por el futuro. En otras palabras, confían en la sabiduría del ahora. Si una célula pudiera expresar en qué consiste esta sabiduría, diría que…

• es siempre nueva,

• sabe lo que se necesita en todo momento,

• refresca la experiencia de estar vivo,

• contiene energía vibrante,

• no se arrepiente del pasado ni tiene aprensión por el futuro.

Estas son las mismas cualidades que la mente busca en el momento presente. Sin embargo, en realidad no hay nada que buscar, porque el ahora no ocupa espacio en el tiempo. No puede ser incautado o descrito.

Según los estándares de la mente pensante, que anhela aferrarse a experiencias placenteras y desterrar las dolorosas, no existe un “allí”. El ahora no se trata de placer o dolor.

Una vez que te das cuenta de esto, has dado el paso más importante para estar en el momento presente: deja de creer que puedes llegar allí pensando, sintiendo, creyendo, esperando o cualquier otro proceso mental.

La sabiduría del ahora, como tu cuerpo ya sabe en sus trillones de células, está incrustada en la existencia misma. Sin esta sabiduría, una célula no puede existir. La ilusión de que puedes existir sin la sabiduría del ahora debe ser descartada.

Como se ve en la tradición védica de la India, la vida cotidiana es pura ilusión cuando se vive sobre la base de los cinco sentidos y la mente.

“Ilusión” es una palabra, realmente una acusación, de la que la gente desconfía, porque todos nosotros estamos profundamente condicionados a vivir al nivel del mundo material, el cual debe ser interpretado por los cinco sentidos para que tenga sentido. Sin embargo, los cinco sentidos no tienen nada que ver con percibir la realidad, ni siquiera el mundo físico.

Toda experiencia ocurre en la conciencia. Sin conciencia, el mundo “allá afuera” no tiene imágenes, sonidos, texturas, olores ni sabores. Esa parte no se puede cuestionar, porque a primera vista todos sabemos que en el sueño profundo no hay mundo “allá afuera”, no para nosotros como experimentadores. Aquí la sabiduría del ahora toma un giro extraño.

En el sueño profundo, de acuerdo con los videntes védicos, experimentas la conciencia pura, lo que hace que el sueño sea lo más cercano a la ausencia total de ilusión.

Este razonamiento suena extraño y la respuesta automática es que el sueño no contiene ninguna experiencia si no estás soñando. Pero esto se debe a que la bruma de la mente condicionada se superpone desde las horas de vigilia hasta las horas de sueño.

Con la claridad de la conciencia, percibirías el sueño como la paz tranquila de la conciencia pura. De hecho, tienes que ir allí para que tu cerebro haga borrón y cuenta nueva y se deshaga de las toxinas acumuladas, dos cosas que no puede realizar mientras estás despierto y pensando.

Es probable que pocas personas busquen la claridad total cuando están dormidas, pero la sabiduría del ahora también se vislumbra en las horas de vigilia. Estos vislumbres vienen cuando experimentas algo que la mente no puede crear y nunca ha tenido.

Las experiencias más valiosas de la vida son el amor, la compasión, la intuición, la empatía, la verdad, la belleza, la inspiración, la alegría, el asombro, la creatividad y el crecimiento interior. Nadie los inventó. De hecho, no se pueden inventar, pero son parte innata de la conciencia humana. Son nuestra interpretación de la conciencia pura manifestada.

La razón por la que no necesitas buscar el momento presente es que ya te está encontrando a ti, en esos momentos en los que la brecha silenciosa entre los pensamientos entrega estos regalos.

Si la brecha silenciosa estuviera vacía, la vida espiritual sería tan vacía como la conciencia pura, un vacío. Pero en realidad existen infinitas posibilidades en la conciencia pura, y la brecha entre los pensamientos es el portal para activar estas posibilidades. Ser consciente de esta realidad te saca de todas las ilusiones.

Ahora tienes una motivación de por vida para valorar los regalos del ahora y hacer todo lo posible para vivir de acuerdo con ellos.

https://tumismo.es/articulos/interiores/aprendiendo-la-sabiduria-del-ahora/  

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